Tras ser liberado, el testigo clave por el crimen de Ferreyra declaró durante cinco horas en una fiscalía de Avellaneda sobre su desaparición. El jueves, luego de que fuera encontrado, dijo que también va a declarar en el juicio contra Pedraza. "El mensaje no fue para mi, fue para la Presidenta", contó.
Alfonso Severo, el testigo en la causa del crimen del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, estuvo ayer durante cinco horas en el Polo Judicial de Avellaneda para prestar declaración sobre lo que le ocurrió durante las 24 horas que estuvo desaparecido.
Ante el juzgado de garantías número 9, a cargo del juez Luis Silvio Carzoglio, Severo declaró que permaneció todo el día secuestrado dentro de una camioneta y que los sujetos que se lo llevaron le dijeron "dejate de joder con el ferrocarril".
"Dijeron que ni la policía, ni los derechos humanos, ni la Presidenta me iban a salvar", les explicó a los funcionarios de la fiscalía 3 de Avellaneda que investigan su desaparición, tras ratificar que fue golpeado.
Según trascendió de fuentes allegadas al caso, el ex gerente ferroviario habría asegurado que estuvo toda la jornada "arriba de una furgoneta, tapado boca abajo, tapado con frazada" y que el vehiculo sólo circuló unos 20 minutos cuando se lo llevaron y luego permaneció quieto todo el día hasta que a la noche lo liberaron.
Al salir ayer por la mañana de su domicilio, custodiado por personal de la Policía Bonaerense, Severo llegó a decir en medio de un tumulto de periodistas, camarógrafos y fotógrafos que no sabía quiénes eran los responsables de su secuestro.
Severo, que ratificó que declarará en el juicio que se le sigue a dirigentes de la Unión Ferroviaria por la muerte de Ferreyra en octubre de 2010, apareció el jueves a la noche en la localidad de Gerli, con sus manos atadas con precintos, descalzo y con signos de haber sido golpeado.
Por su parte, el ministro de Justicia, Julio Alak, destacó ayer al mediodía mediodía la importancia de la declaración pública de Severo, quien después de su liberación denunciara que su secuestro era un mensaje que "estaba dirigido a la presidenta de la Nación", Cristina Fernández de Kirchner.
Nosotros tenems un mensaje dirigido a los que -secuestro de testigos mediante- le dirigen mensajes a la Presidenta: ¡Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va armar!
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