jueves, 5 de octubre de 2017

Caso Maldonado: el juez Lleral visitó la la Pu Lof de Cushamen, escuch´a los mapuches y recabó dos nuevos testimonios

EL MAGISTRADO QUE REEMPLAZÓ A OTRANTO SE ACERCÓ A LA COMUNIDAD MAPUCHE PARA ESCUCHAR LOS TESTIMONIOS DE SUS INTEGRANTES. EL GESTO DE LLERAL ES INÉDITO Y EVIDENCIA UN CAMBIO DESPUÉS DE MÁS DE DOS MESES DE LA DESAPARICIÓN FORZADA DEL SANTIAGO.

El juez federal Gustavo Lleral se reunió con la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen. Como evidencia la fotografía que enviaron los werken (voceros), el magistrado está escuchando a los integrantes de ese territorio recuperado en 2015.

Según pudo saberse, en principio, estarían dadas las condiciones para que pueda finalmente declarar el "peñi" (hermano) que ingresó al río con Santiago Maldonado el 1º de agosto, durante la represión de Gendarmería tras un corte de ruta que exigía la libertad de su lonko, Facundo Jones Huala.

Ese testimonio, que ya integra la causa abierta en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, también refirió que al joven tatuador lo apresaron tres gendarmes, lo subieron por la barranca a golpes y que hubo un ruido de un escopetazo.

El día que este nuevo testigo iba al juzgado el juez Guido Otranto suspendía las audiencias para allanar brutamente la Pu Lof de Cushamen y de Vuelta del Río. Lleral, nuevo juez del caso luego de que Otranto fuera apartado por la Cämara de Comodoro Rivadavia, ya habría dado las garantías para que este peñi y otros mapuches declaren en la causa.

"Dada la escalada represiva de la justicia contra la comunidad, en el paraje ubicado entre Esquel y El Bolsón en tierras compradas por Benetton, comentaban que es un hecho inusual la presencia ya no de un juez sino de cualquier persona ajena a la comunidad. Esto es, Lleral generó la confianza necesaria en una comunidad resentida por los recientes hechos de violencia, como para que le hayan permitido ingresar", sostuvieron fuentes cercanas a Lleral. 

Las fuentes agregaron que a simple vista es un hecho auspicioso en el sentido de disponerse a trabajar en el esclarecimiento de la desaparición de Maldonado, aunque prefieren mantener reserva sobre si esto será suficiente dados los dos meses de "encubrimiento" que llevaron adelante Otranto y la fiscal Silvina Ávila. Lleral está dispuesto a diferenciarse lo más posible del magistrado que lo antecedió, al menos hasta ahora en los gestos y forma de moverse.

Andrea Millañaco dijo que el juez tomó en el lugar dos declaraciones, una de ellas la de Ailinco Pilquiman que ya consta en el expediente que instruye la fiscal Silvina Ávila por desaparición forzada. "Fue ahí mismo porque le explicamos al juez que no están dadas las garantías para que sigamos yendo a declarar, y le dijimos que creemos que la justicia es un sistema que está corrompido", dijo Millañaco. 

Por su parte, Lleral sólo anticipó su intención de realizar un nuevo rastrillaje, a lo cual los mapuches expresaron que sería el cuarto operativo y que entendían "a esta altura" sin sentido, "salvo que los anteriores hayan sido tan ineficientes".

Mientras le caían algunas gotas de lluvia, aún adentro de la casilla de la Pu Lof, el juez compartió mates con los miembros de la comunidad.

Por Alejandra Hayon para Página/12

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