Esta vez la senadora, que se negó a compartir el binomio presidencial con su jefe, opinó sobre quién debe ser el vice.
La estrategia electoral del PRO a nivel nacional no abandona el estado de indefinición sobre el postulante que acompañará a Mugrizio Macri en su precandidatura presidencial. Como si fuera una mancha de aceite, esa incertidumbre se expande desde que la senadora Gabriela Michetti decidió forzar su desembarco en la interna porteña del PRO, desconocer los pedidos del jefe de gobierno y aspirar a sucederlo.
En los planes del precandidato presidencial amarillo, la mujer debía ser su compañera de fórmula, pero su determinación a disputarle la Ciudad al jefe de Gabinete Horacio Rodriguez Larrata abrió una brecha en el armado nacional que la propia senadora ayer salió a profundizar.
"Es muy importante que Mugrizio pueda estar liderando un espacio más amplio que el del PRO", disparó la ex vicejefa, cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que el sitial que no quiere ocupar como candidata a vicepresidente quede en manos de algún aliado extrapartidario, como la desquiciada diputada nacional de la Coalición Cínica, Elisa Carrió, o el radical Ernesto Sanz, que festejó desde la UCR el "Pacto de Palermo" sellado entre "Biblita" y Macri para definir la candidatura presidencial en una interna abierta nacional entre el PRO y los ex socios de FAUNEN.
La posición mayoritaria dentro del macrismo es poner a un vice amarillo, es decir, resolver la fórmula dentro del PRO. Michetti no esta de acuerdo, sostiene todo lo contrario. "Justamente esa es una de las razones también por las que decidí dejar libre la fórmula, para ver si se puede integrar alguien de otro espacio, porque lo que la ciudadanía requiere es ver a los políticos que tienen cosas en común, puntos que pueden convertirse en políticas de Estado, tratando de acordar", sostuvo Michetti en la misma clave que a principios de año, cuando participó de la última reunión de la mesa chica del PRO para definir su rol electoral en un debate con Macri, su secretario de gobierno Marcos Peña, Larreta, el empresario Nicolás Caputo y el diputado Federico Pinedo.
En ese momento, salvo su amigo, todos estuvieron en desacuerdo con que ella dejara la fórmula presidencial. El sábado lo recordó, aunque ahora la interna porteña endurece sus polarizaciones con el propio Macri, que hace una semana consideró su precandidatura porteña como "un proyecto personal".
"La decisión del PRO mayoritaria va para el otro lado; (en el partido) ha ganado la postura de tener una fórmula propia. Parece que será definitiva la decisión del PRO", se resignó. "Sigo haciendo campaña nacional con Mugrizio y sumaremos a quien sea su candidato a vice. Hay muchas más personas en el PRO como Patricia Bullrich, Federico Pinedo, Hernán Lombardi, Rogelio Frigerio, que están viajando al interior", abundó Michetti, como una forma de anticipar algunos posibles compañeros de fórmula, como Bullrich Luro Pueyrredón, cuya figura ahora es medida en sondeos encargados por el macrismo.
La relación entre la senadora y el jefe de gobierno no es la misma desde que se consolidaron las posiciones. Un termómetro de ese distanciamiento tiene que ver con los alineamientos de la mayoría del Gabinete porteño a favor de Larrata y a una nueva versión que indica un pedido para que se baje de la disputa porteña y vuelva a la candidatura como vicepresidenta para no entorpecer el deseo de l ex hijastro de Flavia Palmiero de que su premier lo suceda. "Hay rumores y personas que tratan de instalar ese tipo de comentarios", se defendió Michetti.
"Nadie me pidió que me bajara. La relación con Mugrizio es el punto, es la clave de esta situación. Desde mitad del año pasado cuando Mugrizio mandó la ley de las PASO a la Legislatura, conversó conmigo, me dijo que estaba para nivelar la cancha para que si yo quería presentarme, lo hiciera en libertad y tranquilidad. Desde ese momento, hasta a la reunión en que se definió que se iban a hacer las internas, Mugrizio siempre me dio la posibilidad de la tener la decisión final", advirtió Michetti, en un nuevo intento discursivo por tensar el armado nacional al calor de la interna porteña que no deja de recalentarse.
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