jueves, 11 de agosto de 2011

Beatriz Torquemada Sarlo: los blasfemos a la hoguera

Un anuncio electoral de Daniel Scioli y Karina Rabolini, publicado en diferentes medios, causó la ira de la ensayista, para quien habría que ponerle límites a los blasfemos que se burlan así, según dio entender, de la religión y de la liturgia católica.


Unos 550 años atrás, el jefe de la Inquisición, Tomás de Torquemada, se dedicaba a condenar a la hoguera a aquellos que se atrevían a manifestar -incluso de pensamiento (tras confesiones obtenidas bajo tortura)- su oposición a la Iglesia o a la liturgia católica. El delito condenatorio era la blasfemia...

Aunque cueste creerlo, tenemos un remedo contemporáneo del tristemente famoso inquisidor: Beatriz Sarlo, quien a pesar de su presunto ateísmo (recordemos su anterior vida como maoísta), ha salido ahora a defender con uñas y dientes al catolicismo. Y lógicamente, de lo que se hace eco un diario que es vocero eclesiástico.

Según se publica en las páginas de La Nazión, Sarlo se refirió a la utilización del Credo católico por parte del gobernador y candidato bonaerense Daniel Scioli, junto a su esposa, para realizar un anuncio publicitario que se publicó este fin de semana en diferentes medios.

En declaraciones a radio Mitre, la ensayista dijo que "lo que más sorprende del aviso es el texto, porque podría ser considerado una blasfemia, un insulto a la religión, porque imita una de las oraciones fundamentales para los católicos como el Credo".

Más allá del valor intrínseco del aviso (de dudosa calidad electoral, por cierto), lo más interesante del tema es la utilización del adjetivo inquisidor "blasfemia" para calificarlo por parte de Sarlo, para quien esa decisión publicitaria "implica un grado de irresponsabilidad".

"¿Los políticos argentinos para hablar y publicitarse ya no tienen límites?", se preguntó una indignadísima Sarlo, al tiempo que convocaba a los guardias vaticanos para poner un límite ejemplar al matrimonio blasfemo, de ser posible en la pira de los inicuos.

No estamos del todo seguros de que Beatriz Sarlo se parezca a Torquemada en su pensamiento. Lo que podemos asegurar es que hay algo en lo que sí se parecen y mucho: Sarlo tiene y Torquemada tenía, lo que nuestra amiga, la filósofa argentina Yolanda Sganga definiera como "una permanente cara de estar oliendo mierda".

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