Por Alberto Carlos Bustos (*)
EL PROCESADO PRESIDENTE MUGRIZIO MACRI JURO DESEMPEÑAR SUS FUNCIONES CON “LEALTAD Y HONESTIDAD”, PERO NO CON PATRIOTISMO, COMO MARCA EL TEXTO CONSTITUCIONAL.
Macri juró mal, pero hizo bien. Es cierto que no respetó el texto con el cual, según la Constitución nacional debió haber jurado, pero al menos fue sincero. Él sabe que su patriotismo es nulo. Y también sabe que nosotros lo sabemos.
El diccionario de la Real Academia Española define “patriotismo” como “amor a la patria” y como “sentimiento y conducta propios del patriota”.
A su vez, en su edición del tricentenario, el diccionario de la lengua española define a “patriota”, en su primera acepción, como “persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien”.
Si lugar a dudas, “patriota” y “patriotismo” son términos que no encajan con alguien que estafó a la Patria contrabandeando autopartes, que nos hizo pagar a todos -con Cavallo como brazo ejecutor- la deuda externa de sus empresas o que está desesperado por endeudarnos nuevamente o por ir a negociar con los fondos buitres enemigos de la Patria.
El ex hijastro de Flavia Palmiero está en las antípodas del patriotismo. Lo suyo es la cipayería, el entreguismo y el poner de rodillas a la Patria frente a los poderes corporativos.
Y por lo poco que hemos visto hasta ahora, el no haber respetado la fórmula constitucional a la hora de jurar, es la menor de todas las violaciones a la Carta Magna que pretende llevar a cabo el hijo de puta.
(*) Director y editor responsable de Currín
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