jueves, 17 de diciembre de 2015

Asombro, apoyos y rechazos en la dispar reacción al interior del PRO por el decreto de Macri designando dos jueces para la Corte Suprema

LA DIRIGENCIA DEL PRO REACCIONÓ CON UN PREDOMINANTE ASOMBRO ANTE LA DECISIÓN DEL PROCESADO PRESIDENTE MAURICIO MACRI DE DESIGNAR POR DECRETO A DOS JUECES DE LA CORTE SUPREMA, LA CUAL DESPERTÓ APOYOS PÚBLICOS PERO ALGUNOS RECHAZOS RESERVADOS. 

Según pudo constatarse, el sentimiento mayoritario fue de sorpresa entre los dirigentes y flamantes funcionarios del gobierno nacional, que en casi su totalidad se enteraron del controvertido decreto presidencial a través de los medios de comunicación.

"A mí no me gustó, para qué arruinar la luna de miel tan temprano", dijo uno de los referentes de la alianza de derecha Cambiemos en el Poder Ejecutivo, mientras que otro dirigente de alto perfil que también pidió reserva señaló que "por supuesto que no me gustó la manera y la decisión fue polémica, pero tiene legalidad".

Desde Cambiemos dejaron trascender que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, "no estaba contento" con la medida y que la decisión fue tomada "sin su acuerdo", aunque condujo la estrategia comunicacional para sostenerla.

"Macri reparte el poder en su equipo, como hizo siempre. En esto, el que estuvo involucrado fue (Fabián) Rodríguez Simón", aseguró una de las fuentes consultadas, en alusión al abogado (amigo del ex hijastro de Flavia Palmiero) señalado como el cerebro de la decisión de Macri.

Otra figura del macrismo interpretó que el decreto "fue un gesto de poder ante un (Ricardo) Lorenzetti que parece incontrolable", en alusión al presidente de la Corte Suprema y su sugestivo fallo que ordenó cesar la detracción del 15 por ciento de recursos coparticipables a tres provincias, pudiendo extenderse a otras, días antes de que el nuevo presidente asuma.

Para un sector de la alianza de derecha gobernante, el decreto aspira (además de completar las vacantes disponibles para que la Corte Suprema pueda funcionar con cinco miembros) a generar una especie de "dique de contención" con el presidente del máximo tribunal.

Por ello, destacan el apoyo (que interpretan por su silencio) de la diputada Elisa Carrió -quien fue informada poco antes de la firma del decreto y siempre distante a Lorenzetti- y el respaldo explícito del otro cofundador de Cambiemos, Ernesto Sanz.

Un miembro del bloque de diputados, en apoyo al procesado presidente, destacaba ayer a la tarde que "algunos juristas, incluso amigos del PRO, que dicen que se violó la Constitución, faltan a la verdad porque la Constitución no ha sido violada, se aplicó un inciso que estaba perdido pero que existe, y además no se convocó a militantes del macrismo sino a juristas prestigiosos (en referencia a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz)".

También remarcan que la correlación de fuerzas en el Parlamento hace difícil que se hubiera intentado otra vía, algo que, en otras palabras, confirmó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, cuando justificó que no se convocaran sesiones extraordinarias: "preferimos esperar a tener un conocimiento más acabado sobre cómo se van a definir las mayorías en el Congreso".

En público, además de Sanz, la vicepresidenta Gabriela Michetti y los dirigentes Laura Alonso, Daniel Lipovetzky y Pablo Tonelli, fueron de los primeros en respaldar la decisión, a lo que luego se sumaron líderes radicales como el diputado Mario Negri y -ayer al mediodía- el presidente de la UCR, José Corral.

Por último, uno de los miembros del entorno más cercano del hijo bobo de Franco Macri dijo que "dentro de una o dos semanas se entenderá la estrategia de Macri", en alusión a la firma de algún decreto de necesidad y urgencia que requiera una resolución urgente del máximo tribunal.

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