Marchas contra el racismo, subas de la tasa de homicidios, reclamos por las libertades individuales y hasta la suspensión del básquet por violencia entre barras, son algunos de los pedidos de la sociedad uruguaya al gobierno de Mujica, quien no obstante declaró: "Uruguay vuelve a ser la Suiza de América".
Gremios empresariales y de transporte público salieron a la calle para pedir mayor seguridad, a partir del asesinato de un trabajador de una estación de servicio el jueves pasado.
Según Daniel Añón, presidente de la Unión de Vendedores de Nafta de Uruguay, el asesinato del joven "es la gota que rebalsó el vaso", en un año donde hubo muchísimos muertos y gran cantidad de robos.
Los uruguayos no sólo se encontraron con la estrepitosa suba de la tasa de homicidios (de 6.27 a 9.19) superando a países como Argentina o Chile, sino que la mayoría de esos casos fueron producidos por violencia en riñas o peleas.
El ejemplo más claro es el de hace pocos días, cuando a raíz de una pelea a tiros y cuchillazos entre barras bravas de dos equipos de básquet, falleció una mujer que estaba en el balcón de su departamento por un disparo que se produjo en la pelea.
Los números preocupantes incrementan los reclamos por otras cuestiones sociales que el gobierno de José Mujica dejó atrás como la ley que había anunciado el presidente para legalizar la marihuana y estatizar de alguna manera su consumo.
Lo mismo sucedió con el matrimonio igualitario y la polémica ley del aborto, que no fue polémica por lo que representa la legalización de estas prácticas en sí, sino porque la catalogan como muy restrictiva y casi inutilizable.
Las marchas contra el racismo se hicieron frecuentes en un país con gran cantidad de afroamericanos, hasta se realizó una multitudinaria protesta en el centro de Montevideo, por un hecho de racismo contra una mujer negra.
Durante principios del siglo XX, Uruguay era llamado la Suiza de América, por su bienestar social y su avanzada legislación, pero hoy las preocupaciones se centran en la falta de seguridad, el incremento de la violencia, los homicidios y la falta de leyes que apoyen las libertades individuales que el pueblo uruguayo reclama.
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