lunes, 22 de diciembre de 2014

Sindicatos impulsan un proyecto para que la industria sea considerada una política de Estado

El secretario general del Smata, Ricardo Pignanelli, adelantó ayer que la Confederación de Sindicatos Industriales, que encabeza, presentará antes de fin de año un proyecto en el Congreso para que la industria "sea considerada una política de Estado" y también anticipó que interpelarán a los precandidatos presidenciales "para que digan qué van a hacer con la industria, si ganan las elecciones en 2015".


"La política de Estado va a hacer que, más allá de quién gobierne, se siga con la actividad", aseveró  Pignanelli y atribuyó su importancia a que "la industria es necesaria para incluir a todos los habitantes de la Argentina".

Dijo asimismo que "alrededor de la industria están girando unos cuatro millones de puestos de trabajo que significan 14 millones de habitantes de nuestro país, porque son cuatro millones de jefes de familia".

"La industria argentina no es sólo la automotriz, también están los textiles, los plásticos, los del caucho, los metalúrgicos y los petroleros, por nombrar sólo algunos pocos", subrayó el dirigente mecánico, al tiempo que planteó que "no alcanza con un país agrícola-ganadero y de servicios para contener a todos" y añadió que "es fundamental si queremos ser un país serio".

Asimismo, comentó que van a convocar a los precandidatos presidenciales "para que nos digan qué van a hacer con todo lo que se hizo en estos años, con los puestos de trabajo conseguidos y la industria".

Pignanelli fue elegido el 16 de diciembre pasado secretario general de la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina, que nuclea a unos 20 gremios industriales del país, en cuyo consejo directivo participa como adjunto el titular de la CGT, el metalúgico Antonio Caló.

"La idea de crear la Confederación apunta a que, como trabajadores organizados, podamos defender y fortalecer un modelo económico que volvió a incorporar a la industria en el país", recalcó y explicó que en este nuevo nucleamiento coinciden gremios que en la actualidad pertenecen a distintas centrales sindicales y, en este sentido, planteó que la Confederación "puede ser el camino para empezar a mirar el objetivo más que los nombres".

Según Pignanelli, "algunos quieren -y hasta sueñan- con un país con un 30 por ciento de gente fuera del sistema. En La Matanza en la década del 90 hubo un 30 por ciento de desocupación".

"Estamos todos juntos porque vamos detrás de un objetivo que es tratar de consolidar el modelo industrial dentro del gran modelo que queremos para la Argentina y lo vamos a consolidar con más contenido nacional", afirmó.

Para el secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), "nuestra industria sin un contenido nacional de un 50 o un 55 por ciento es una industria con rueditas".

"Es una industria que en cualquier momento pierde la capacidad operativa, porque el hombre pierde la capacidad de la mano de obra", comentó.

En esta línea, explicó que "una cosa es montar algo que venga todo desguazado de afuera y otra es innovar y mantenerse en la evolución de la industria, porque la industria evoluciona continuamente, más la industria automotriz".

"Si nosotros no produjéramos por lo menos un 50 por ciento de contenido nacional, más allá de que nos perjudicaría en la balanza comercial, más allá de todos los problemas económicos, tendríamos un problema de evolución", opinó. 

Asimiso, señaló que "la calidad de la mano de obra viene de la evolución, y por eso es fundamental el autopartismo" y recordó que en la década del 60 "había un mínimo del 75 por ciento y hasta un máximo del 100 por ciento de contenido nacional y hoy tenemos sólo 23 por ciento promedio".

"Para avanzar en contenido nacional necesitamos inversiones, tecnología, que las fábricas ayuden en todo esto y principalmente una ley de autopartismo argentino", reseñó.

Al respecto, cuestionó a los empresarios, al indicar que "no quieren hacer las grandes inversiones para que el país siga evolucionando" y, en este sentido, aseguró que "la industria automotriz invirtió solamente el 3 por ciento de la facturación desde 2003 a la actualidad".

"En el 2003 hicieron la producción con nosotros, los trabajadores, con horas extras. Ahora viene el peine fino que son las inversiones", explicó para asegurar que en la Argentina se pueden producir 1.200.000 unidades anuales y para eso "hace falta la inversión empresaria".

En este contexto, Pignanelli consideró fundamental el proyecto que presentarán en la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados, al señalar que "es necesario que las casas matrices cumplan con ciertos parámetros y la única manera que lo hagan es con una ley".

"Esa ley de arranque tendría que dar pautas para que cualquier modelo que se traiga al país en un tiempo determinado no mayor a tres años tendría que llegar al 50 por ciento de contenido nacional", puso como ejemplo.

También explicó que esa ley tiene que contener un artículo referido al derecho a la información y lo fundamentó al explicar que se trata de un manual de armado y desarme del vehículo nuevo.

Por último, el titular del SMATA reveló que "antiguamente cuando comprabas un coche te vendían el manual de despiece y si no te lo daban, ibas a una librería y lo comprabas, y muchos aprendían mecánica con esos manuales".

"Hoy no tienen los manuales ni las concesionarias, no existen los manuales, y esto no es casualidad, porque lo que ellos quieren (las casas matrices extranjeras) es pueblos bobos que no sepan arreglar las cosas", completó.

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