El abogado de la Liga Argentina por los DD.HH, Rodolfo Yanzón, dió a conocer su opinión, luego que Videla reconociera la complicidad de la Iglesia argentina con la dictadura cívico-militar y el asesoramiento en el tema de la desaparición de personas.
Hace unos días, el ex dictador Jorge Rafael Videla hizo nuevas confesiones sobre el accionar represivo del gobierno de facto que encabezó en los años '70. Allí confesó que altos dignatarios de la Iglesia católica "nos asesoraron sobre la forma de manejar" el tema de la desaparición de personas, entre los que mencionó a algunos ex obispos como Raúl Primatesta e incluso el ex nuncio apostólico Pío Laghi.
El represor confesó que "la desaparición de personas fue una cosa lamentable en esta guerra. Hasta el día de hoy la seguimos discutiendo. En mi vida lo he hablado con muchas personas. Con Primatesta, muchas veces. Con la Conferencia Episcopal Argentina, no a pleno, sino con algunos obispos. Con ellos hemos tenido muchas charlas. Con el nuncio apostólico Pío Laghi. Se lo planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de manejarla. En algunos casos, la Iglesia ofreció sus buenos oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque estaba muerto".
En esa misma charla también afirmó que sobre el final de la dictadura civico-militar se pensó en "blanquear" la lista de desaparecidos a manos represivas de las fuerzas accionarias del Estado. "Si a una madre le decíamos que su hijo estaba en la lista, nadie le impediría que preguntara ¿dónde está enterrado, para llevarle una flor? ¿quiénes lo mataron? ¿por qué? ¿cómo lo mataron? No había respuestas para cada una de esas preguntas, y creímos que era embochinchar más esa realidad, y que sólo lograríamos afectar la credibilidad", aseguró.
Luego de las escalofriantes declaraciones de Rafael Videla el abogado de la Liga Argentina por los DD.HH, Rodolfo Yanzón, señaló que “las palabras de Videla nos vienen a decir una vez más que, además de haber estado planificado, el plan de exterminio tuvo cómplices claros, entre ellos parte de la Iglesia Católica, porque otra parte también fue perseguida, aquellos que optaron por seguir al lado de los pobres y fueron perseguidos y asesinados”.
Y agregó que “Videla, que fue un hombre de hostia y misa diaria, y la cúpula de la iglesia argentina fueron cómplices de la ausencia de información y de algunos métodos de la Dictadura. Además Roma sabía lo que estaba sucediendo porque los papeles que la Dictadura enviaba a la cúpula eclesiástica eran remitidos allá y esto habla de que el conocimiento iba más allá del país”.
También dijo que lo que más se espera de estos señores que están siendo juzgados es que “nos digan qué sucedió con los desaparecidos y, fundamentalmente, con aquellos chicos que fueron apropiados durante el cautiverio de sus mamás en los distintos campos de exterminio”.
Sobre si hay que darle o no micrófono a represores y ejecutores de crímenes de lesa humanidad, Yanzón dijo que “es consecuencia de los juicios que se están desarrollando y no estoy de acuerdo con que no tengan que hablar porque, cuando más lo hacen, más se expone su barbarie, y lo que esperamos es que empiecen a decir cosas; los familiares, las abuelas, los hijos y las madres siguen esperando con sus últimos alientos saber dónde fueron a parar sus hijos”.
Las declaraciones de Videla no hacen más que confirmar lo que sospechamos desde un principio: la Santa Iglesia Católica, ni es santa ni es católica.
El represor confesó que "la desaparición de personas fue una cosa lamentable en esta guerra. Hasta el día de hoy la seguimos discutiendo. En mi vida lo he hablado con muchas personas. Con Primatesta, muchas veces. Con la Conferencia Episcopal Argentina, no a pleno, sino con algunos obispos. Con ellos hemos tenido muchas charlas. Con el nuncio apostólico Pío Laghi. Se lo planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de manejarla. En algunos casos, la Iglesia ofreció sus buenos oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque estaba muerto".
En esa misma charla también afirmó que sobre el final de la dictadura civico-militar se pensó en "blanquear" la lista de desaparecidos a manos represivas de las fuerzas accionarias del Estado. "Si a una madre le decíamos que su hijo estaba en la lista, nadie le impediría que preguntara ¿dónde está enterrado, para llevarle una flor? ¿quiénes lo mataron? ¿por qué? ¿cómo lo mataron? No había respuestas para cada una de esas preguntas, y creímos que era embochinchar más esa realidad, y que sólo lograríamos afectar la credibilidad", aseguró.
Luego de las escalofriantes declaraciones de Rafael Videla el abogado de la Liga Argentina por los DD.HH, Rodolfo Yanzón, señaló que “las palabras de Videla nos vienen a decir una vez más que, además de haber estado planificado, el plan de exterminio tuvo cómplices claros, entre ellos parte de la Iglesia Católica, porque otra parte también fue perseguida, aquellos que optaron por seguir al lado de los pobres y fueron perseguidos y asesinados”.
Y agregó que “Videla, que fue un hombre de hostia y misa diaria, y la cúpula de la iglesia argentina fueron cómplices de la ausencia de información y de algunos métodos de la Dictadura. Además Roma sabía lo que estaba sucediendo porque los papeles que la Dictadura enviaba a la cúpula eclesiástica eran remitidos allá y esto habla de que el conocimiento iba más allá del país”.
También dijo que lo que más se espera de estos señores que están siendo juzgados es que “nos digan qué sucedió con los desaparecidos y, fundamentalmente, con aquellos chicos que fueron apropiados durante el cautiverio de sus mamás en los distintos campos de exterminio”.
Sobre si hay que darle o no micrófono a represores y ejecutores de crímenes de lesa humanidad, Yanzón dijo que “es consecuencia de los juicios que se están desarrollando y no estoy de acuerdo con que no tengan que hablar porque, cuando más lo hacen, más se expone su barbarie, y lo que esperamos es que empiecen a decir cosas; los familiares, las abuelas, los hijos y las madres siguen esperando con sus últimos alientos saber dónde fueron a parar sus hijos”.
Las declaraciones de Videla no hacen más que confirmar lo que sospechamos desde un principio: la Santa Iglesia Católica, ni es santa ni es católica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario