martes, 14 de noviembre de 2017

Dura advertencia de la Iglesia Católica: “El trabajo no es una mercancía”

EL FLAMANTE TITULAR DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA (CEA), OSCAR OJEA, AFIRMÓ AYER QUE LA NUEVA CONDUCCIÓN DE LA IGLESIA QUIERE "CONTRIBUIR AL DIÁLOGO", AUNQUE ADVIRTIÓ QUE “TODA LA SOCIEDAD ES RESPONSABLE DE QUE SE PUEDAN CONSERVAR LOS PUESTOS DE TRABAJO Y QUE NO SE VULNEREN LOS DERECHOS LABORALES”.

El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, asumió como titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), y advirtió que la “deuda social es enorme”. Al ser consultado sobre la reforma laboral que impulsa el régimen macrifascista, Ojea sostuvo que, "para la doctrina social de la Iglesia, el trabajo no es una mercancía sino que hace a la dignidad de la persona y es un ordenador de la vida", por lo que destacó que “toda la sociedad es responsable de que se puedan conservar los puestos de trabajo y que no se vulneren los derechos laborales".

De esta manera, la cúpula de la Iglesia adelantó la postura que llevará en las próximas semanas a la reunión que mantendrá con Mugrizio Macri Blanco Villegas. "Estamos dispuestos a trabajar y aportar desde nuestra mirada de pastores", insistió Ojea.

El titular de la CEA señaló que la Iglesia “es muy sensible ante esta cuestión (de la reforma laboral) y vamos a estar al lado de estas situaciones". Al mismo tiempo planteó su preocupación por el “avance tecnológico y la pérdida de fuentes de trabajo”.

También hubo críticas por el avance del narcotráfico, a pesar de la propaganda del régimen que indica que hubo un retroceso. “La decomisación de mucha droga no indica necesariamente que esté aflojando”, advirtió el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli. “La droga sigue matando a nuestros jóvenes y niños. Es un drama frente al cual tenemos que estar muy atentos todos”, sostuvo. 

Ojea, por su parte, señaló que “lo fundamental es trabajar sobre la demanda de los jóvenes” y plantear un “abordaje global” de la temática ante lo que calificó como “un aumento cualitativo del sufrimiento en los barrios”, una situación que la Iglesia a través de sus curas “palpita de modo cotidiano”.

Ojea y Poli brindaron una conferencia de prensa ayer a la mañana en la sede de la CEA, ubicada en Suipacha al 1000, en el barrio porteño de Retiro. En la rueda de prensa, el nuevo titular de la cúpula eclesiástica explicó que, con el recambio de sus autoridades, el Episcopado “renovó su compromiso de hacer una conversión pastoral y misional hacia una Iglesia más simple” y marcó como una de las metas en el orden pastoral “trabajar para que nadie quede excluido”.

El presidente del Episcopado -que sucede a monseñor José María Arancedo, quien ocupó durante seis años la presidencia del cuerpo- fue consultado sobre una eventual visita de Francisco a la Argentina y si el eventual viaje de Jorge Bergoglio podría contribución al diálogo. “La agenda del Papa es intensa. Él está permanentemente invitado. El pueblo argentino desea su presencia y él sabrá cuándo" respondió Ojea, quien agregó que "nuestra misión es crear las mejores condiciones para esa visita".

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