lunes, 18 de junio de 2012

Buzzi extraña a Carlos Salúl

El titular de la Federación Agraria aseguró que con el expresidente oriundo de La Rioja estaba mejor. Además amenazó con volver a la protesta. Las presiones del sector que busca la devaluación y desabastece centros urbanos como método de protesta.

Las patronales agropecuarias continúan con la presión para devaluar. Buscan agigantar los márgenes de ganancia interviniendo el mercado cambiario frenando la importación de granos y así desabastecer de dólares la economía.

En ese contexto de extorsión al Estado Nacional, Buzzi disparó: "El dólar de la soja es de 2,80, precio oficial menos 35 por ciento de retenciones. A $2,80 estamos peor que con en el uno a uno".

Así, manifestó su preferencia por la década menemista y al mismo tiempo se desentendió de una realidad: el trabajo no registrado en la producción agropecuaria: "Nosotros creemos que hay más de 700 mil trabajadores registrados a partir de que existe el Renatre. Todavía quedan unos 300 o 400 mil productores itinerantes de esos que van a buscar la cosecha a Balcarce y después se van a Santiago del Estero. La mayoría está registrado". Habría que preguntarle a Buzzi, que entiende por "la mayoría".

"El trigo y la leche, esos son los que peor están. Y las economías regionales dependientes del mercado interno con costos altos tienen una enorme distorsión desde que salen de las fincas hasta que llegan al consumidor. Cualquier producto que sea, el consumidor lo paga caro. Como no hay una fijación de precios en un mercado, como es el caso de las peras o las manzanas, ahí están sujetos a lo que hagan los demás mercados concentradores", agregó Buzzi.

Las patronales vuelven a la carga para lograr aumentar sus márgenes de ganancia. Aseguran que con el turco innombrable estaban mejor, pero no explican ni blanquean las enormes ganancias que generaron en los últimos 8 años.

Continúan con altísimos procentajes de trabajo no registrado aunque Buzzi no lo admita. Asimismo, acopian granos por montos millonarios para desabastecer de dólares el mercado cambiaro y forzar así una devaluación.

Por suerte, tras los cortes de ruta y las predicciones que jamás se cumplieron, las patronales agropecuarias ya no marcan la cancha con el poder que supieron tener.

Como diría el filósofo de Villa Fiorito, que la sigan mamando.

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