martes, 26 de diciembre de 2017

Tras la votación por el ajuste previsional a los trabajadores del Bapro, en el régimen fascista de Vidal exploran un posible acuerdo con el "ultraopisitor" Sergio Massa

LA MOVIDA PODRÍA AISLAR AL SECTOR MÁS DURO DE UNIDAD CIUDADANA, QUE QUEDARÍA COMO LA ÚNICA Y VERDADERA OPOSICIÓN IMPORTANTE EN DIPUTADOS.

En el régimen fascista de María Eugenia Vidal exploran la posibilidad de un acuerdo con Sergio Massa. La decisión se tomó a partir de las últimas dos sesiones que cobraron relevancia por la tensión que le imprimió el kirchenrismo duro.

Massa fue el garante de la gobernabilidad en la compleja Legislatura bonaerense durante los dos primeros años de gestión de la alianza de derecha Cambiemos. Sin embargo, tras la elección legislativa la gobernadora fascista optó por tener como nuevo aliado a una bancada que responde a los intendentes peronistas liderada por el masrido de Jesica Cirio, Martín Insaurralde.

Sin embargo, en la sede de gobierno de La Plata estudian posibilidad de reforzar los acuerdos legislativos sumando al Frente Rejuntador. Es que Massa demostró que tras la floja elección de octubre mantiene consolidado un bloque duro en la Cámara de Diputados con 13 legisladores. En tanto, los dos senadores massistas le bastan al oficialismo para transitar 2018 sin sobresaltos.

En paralelo, la postura que mostró la bancada de Unidad Ciudadana en las últimas dos sesiones, refuerzan la necesidad cerrar un acuerdo con el líder de Tigre. Por caso, la foto de Jorge D'Onofrio cruzando el hemiciclo del recinto de Diputados para conversar con Florencia Saintout (jefa de bloque de Unidad Ciudadana) generó algo de recelo en el entorno de la Gobernadora. "Si eso funciona así es porque nosotros lo permitimos", dicen desde Cambiemos.

¿En qué consistirá el acuerdo? Sobre ese aspecto no hay nada definido y por ahora hablan de reestablecer el diálogo, algo que comenzaría a materializarse en febrero. En el régimen bonaerense piensan en un acuerdo de cara a los próximos dos años. Mientras tanto destacan dos puntos clave:

- La posibilidad de aislar por completo al kirchernismo más duro.

- Proteger al bloque de los intendentes que quedó en el ojo de la tormenta durante la sesión en la que se votó la modificación del régimen previsional de los trabajadores del Banco Provincia.

En esa votación, el Frente Rejuntador, la izquierda y el kirchenrismo se levantaron de sus bancas para dejar sin quórum al oficialismo. La movida fracasó en su objetivo primario, pero sirvió para dejar expuesto que tres diputados de la bancada que lidera Insaurralde eran quienes habilitaban la sesión.

Por estas horas, desde el oficialismo aseguran que el acuerdo de gobernabilidad con la bancada de los intendentes está intacto. Resaltan que ese sector se sentó a dar el debate para modificar un sistema previsional que generaba un déficit anual de unos 4.000 a 5.000 millones de pesos, para pagar apenas 7.000 jubilaciones que van de los 40.000 a los 150.000 pesos. El problema, advierten, es que eso ocurrió en un contexto nacional que no ayudaba y que le dio al kirchenrismo un motivo para intentar frenar la sesión. "Bancaron la parada en un contexto por demás adverso", dicen en La Plata.

Desde el régimen fascista de Vidal aseguran que la idea es avanzar en un acuerdo dual que también permita cuidar a estos sectores sin la necesidad de exponerlos. Se trata -insisten- de buscar un mecanismo complementario.

Es que además, en el oficialismo reconocen que Massa fue un buen socio durante el primer tramo de gobierno de Vidal y destacan que tiene responsabilidad territorial con un grupo de intendentes que se mantiene en ese armado. Pero también temen cómo puede articular su bancada sin tener la responsabilidad de sostener la gobernabilidad. "A Massa lo conocimos en un acuerdo con nosotros, quizás sea peligroso tenerlo en frente", sostienen.

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