lunes, 31 de agosto de 2015

Macri - Massa: la trastienda de un matrimonio por pura conveniencia

El PRO y el Frente Rejuntador encontraron la semana pasadaa el núcleo del único acuerdo que lograron construir sin dañar el ego de sus principales figuras: Mugrizio Macri y Sergio Massa. Ya no importa convencer con promesas, sino erosionar al adversario con una ofensiva institucional que no le dé respiro.


Las controversias que empañaron las elecciones tucumanas dejaron un terreno fértil para los principales referentes opositores al kirchnerismo, pero especialmente para Mugrizio Macri y Sergio Massa, candidatos presidenciales de Cambiemos y UNA. Ambos poseen, desde las PASO nacionales del 9 de agosto, el segundo y tercer lugar detrás de Daniel Scioli. 

El postulante del Frente para la Victoria alcanzó el primer puesto con poco más del 38%, pero sin la certeza de ganar en la primera vuelta del 25 de octubre, un podio que sólo puede ser escudriñado por el aspirante que sume el 45% de los votos.

A menos de 50 días del comicio nacional, ninguno de los tres principales competidores puede asegurar el desenlace en primera vuelta, un horizonte complejo para Scioli, pero atractivo para Macri y Massa, dos adversarios que sostienen un largo contrapunto de distanciamientos que fueron superados hace poco, tras las elecciones tucumanas.

"No nos une el amor pero desde el domingo tucumano nos junta el espanto", dramatiza un  integrante del equipo de comunicación del Frente Rejuntador. Tanto los hombres de Massa como los de Macri, ahora comparten una coincidencia inusual: "ya no hay negociadores ni enviados como antes, ahora hablan, a veces por teléfono, otras veces por whatsapp, pero todo está circunscripto al tema electoral. Van a tomar un café pronto", confiaron distintos voceros de ambos candidatos, en una etapa que se animan a calificar como de "coqueteo". El café, si existe, será la escenografía de una segunda foto que los muestre juntos dentro de un librero cada vez más ambicioso.

Cambiemos de idea

El lunes pasado, cuando volvió a Buenos Aires proveniente de Tucumán, Macri estaba decidido a reclamar nuevas elecciones en esa provincia. La idea empezó a cambiar dos días después, antes de la conferencia de prensa que ofreció junto a Massa, Margarita Stolbizer, Ernesto Sanz y el derrotado candidato a gobernador José Cano. Por la mañana Massa y Macri se cruzaron en el Hotel Alvear durante sus exposiciones ante casi mil empresarios en  el evento anual que organiza el Consejo de las Américas. También estuvo Stolbizer, una pieza clave para despejar las primeras diferencias que surgieron a primera hora. "Yo no me voy a poner a llorar sobre la leche  derramada", le transmitió el tigrense a Macri para convencerlo de acordar una ofensiva "institucional" desde ahora hasta octubre, pero sin negar la derrota sufrida en Tucumán. 

"Sergio primereó con la reforma política, y después cuando se reunieron todos, dijo que ir separados no nos alcanza. Macri durante un año nos ninguneó, nos dijo que éramos otra cosa, ahora la relación salió del freezer y la situación los unió", explica uno de los testigos de la reunión que mantuvieron todos los socios que posaron entre los candidatos de UNA y el PRO.

Luego, un grupo de diputados y senadores opositores exigió la aplicación de la Boleta Única Electrónica (BUE) en todo el país. El mecanismo fue estrenado en junio y julio, durante la primera y segunda vuelta porteña para jefe de Gobierno, pero el arranque fue accidentado, no pudo ser aplicado en abril, como estaba previsto, debido a demoras técnicas y políticas. Las fallas obligaron a Macri a postergar la aplicación con autorización  de la Legislatura, pero esas fallas fueron omitidas durante el reclamo para nacionalizar el sistema. Sin embargo  tanto macristas como massistas reconocen que no hay tiempos reales para dotar de pantallas táctiles a todas las mesas del país, ni para capacitar a las autoridades electorales y a los fiscales.

Silencio sonoro

"El PRO lleva la delantera, pero nosotros queremos comer sus votos. Si Massa gana o no gana, quiere tener desde el 25 de octubre un lugar preponderante y con Scioli no hay negociación posible", respondió tajante el asesor massista, mientras relata los dos tiempos que baraja el dueño del tercer lugar. Hasta la primera vuelta habrá fotos y agitaciones sobre el sistema electoral. Si hay segunda vuelta, Massa quedaría afuera de esa contienda, pero sus votos, en caso de no bajarse antes, lo pondrían en un lugar muy expectante para reclamar un acuerdo de coalición y una agenda común. 

"Estan negociando de todo, pero se han dado cuenta que si lo dicen en público nos conviene a nosotros, porque la polarización con Macri nos beneficia", chicanearon desde el despacho que Scioli ocupa en la sede porteña del Banco Provincia. Para los laderos del ex motonauta, sólo faltan seis puntos para llegar al 45% que clausura la elección en primera vuelta y especulan con la renuncia de Massa a su candidatura antes de octubre. "Habrá sorpresas con el votante anti Macri", pronostica un alto funcionario del aparato de comunicación sciolista.  "Por cada dos votos y medio que saque Macri, basta con tener uno a favor nuestro y les ganamos en primera", aseguran.

Menú amarillo

Desde el equipo de campaña del PRO opinan que el candidato del FPV no la tiene tan fácil. El jueves, un día después de la conferencia de prensa conjunta, uno de los funcionarios más cercanos a Macri, y de peso determinante en su campaña, fue el invitado especial de una cena organizada por una poderosa fundación con vínculos con los Estados Unidos. 

El agasajado, en reserva, se despachó sobre las ambiciones y los planes de su partido ante un centenar de comensales que se enfocaron en la relación con Massa. Esquivó las definiciones, pero confirmó que el interés está centrado, por ahora, en encontrar acuerdos sobre cómo ven al enemigo común: el kirchnerismo. 

En ese eje de articulación, el papel de Stolbizer fue central para el acercamiento de posiciones entre Massa y Macri, que ahora interpretan que el malestar tucumano supera el problema electoral. En la perspectiva que dejaron las PASO, el PRO, con la batuta de Cambiemos en la mano,  observa a la Provincia de Buenos Aires con otras expectativas luego de arañar el 30% en la lista para gobernador y una cifra similar en la cosecha presidencial de Macri. 

El funcionario confió que la interna del FPV bonaerense ha beneficiado a la candidata a gobernadora María Eugenia Vidal, que tendría otro "30% por ganar, porque la interna del FPV dejó una incógnita: a donde van a ir a parar los votos de Julián Domínguez", una colección de voluntades que el PRO considera extremadamente refractarias al jefe de gabinete y candidato del oficialismo Aníbal Fernández. 

Hasta ahí, las ventajas. Las fallas, por encima de la campaña, tienen que ver con los fiscales: las internas dentro del macrismo para fiscalizar en las tres principales secciones electorales bonaerenses no han cesado y de su resolución depende la capacidad de control del PRO, una asignatura muy pendiente todavía.

"Y cuándo vamos a ver que la campaña del PRO diga qué es lo que van a hacer el próximo gobierno?", preguntó una joven desde las mesas regadas con Malbec. "Ya vamos a dar a conocer 6 o 7 puntos, pero en este momento es más importante estar cerca de la gente que decirles qué vamos a hacer", resumió el expositor para admitir la estrategia en marcha, cuyo diseño sigue en manos del consultor ecuatoriano Jaime Durn Barba. 

Basados en la lectura de los problemas del escrutinio en Tucumán, y la tardanza en la publicación de los datos bonaerenses durante las PASO, el macrismo analiza un escenario inquietante. Si el desenlace ocurre en primera vuelta, en los cálculos del PRO podría suceder con una diferencia escasa. Todo un punto de partida para ambos contrincantes en caso de que el "ahora o nunca" fracase y los resultados los ubiquen en los mismos puestos que en agosto.

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