lunes, 2 de febrero de 2015

Malestar en la UIA por el lobby de De Mendiguren para volver a la presidencia

Por Leandro Renou

Los industriales de peso no lo apoyarán y sus opositores amenazan con un veto de cara a las elecciones de la central fabril, en abril próximo. En su propia lista creen que su cargo de diputado por el Frente Rejuntador generará conflictos en la entidad, en un año electoral y recuerdan la operación que terminó bajando la candidatura del salteño José Urtubey.


Restan cerca de tres meses para que se defina quién será el nuevo presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) por los próximos dos años. Sin embargo, la danza de candidatos ya empezó a generar tensiones puertas adentro de la entidad fabril. Es que el actual secretario de la entidad y referente económico del Frente Rejuntador, José Ignacio de Mendiguren, empezó a postularse informalmente, entre colegas y la prensa, como uno de los pocos que desean ocupar el sillón que hoy ostenta el empresario plástico Héctor Méndez. El "Vasco" sondeó a propios y ajenos respecto a esa posibilidad, pero recibió poco respaldo. 

El temor más grande de sus pares es que la política partidaria –en este caso el massiclarinismo– entre por la ventana a una entidad que ya le cerró la puerta hace dos años a otro de sus filas por una vinculación directa con el peronismo. La referencia es al salteño José Urtubey, directivo de Celulosa Argentina y hermano del gobernador de esa provincia, que aparecía como candidato natural a presidente y terminó siendo sustituido por Méndez. La decisión de correrlo del cargo fue una operación orquestada internamente, de la que fueron parte varios históricos de la central fabril con sede en la Avenida de Mayo.

Este año, y cumpliendo con el pacto de alternancia que se acordó hace ya varios años, la lista de los "Industriales" será la encargada de gobernar, remplazando con candidato propio a Méndez, referente de la lista "Celeste y Blanca". De Mendiguren es, junto a Luis Betnaza, de Techint, uno de los hombres con más alto perfil en la UIA y entre los industriales. De hecho, el holding de Paolo Rocca conduce, en tándem con Arcor, la central empresaria en las sombras. 

Fuentes de la entidad explicaron que el "Vasco" sondeó incluso el respaldo de Techint, que quedó en un suspenso más que lógico: Betnaza es otro de los "presidenciables". Pero el panorama es complejo: los industriales metalúrgicos, los más duros y alineados con la política industrial del oficialismo, ya manifestaron que no aceptarán la postulación de De Mendiguren. Tampoco hay convencimiento entre los popes de la cámara alimenticia Copal, que comanda Daniel Funes de Rioja, más que nada porque se había llegado a un acuerdo de palabra de no hacer campaña hasta el mes de marzo. 

Directivos de peso en la lista que deja la presidencia, la Celeste y Blanca, adelantaron que existe incluso un derecho de veto que podría esgrimir esta facción para evitar la postulación de De Mendiguren. "Si eso pasa, lo cual es muy posible, vamos a tener que llegar a un consenso entre las dos listas para llegar a un candidato. Está muy complicado", detalló un allegado De Mendiguren. 

Cuando fue electo diputado por el massismo, muchos de sus colegas le pidieron, incluso públicamente, una licencia para no superponer funciones. Pero él se negó, escudándose en la propia historia de la UIA. Es que ya ha habido dos presidentes que ocuparon cargos legislativos siendo a la vez titulares de UIA. La referencia es al hoy presidente de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires (UIPBA), Osvaldo Rial; y al ya fallecido Claudio Sebastiani, quien en los '90 presidió la central fabril y fue a la vez legislador. Es claro que, en esta ocasión, la decisión de no contar con un presidente "político" en la UIA tiene que ver más con el contexto del país, a pocos meses de una elección presidencial nacional, que con la historia de la central industrial. 

La campaña de De Mendiguren para posicionarse de cara a los comicios internos de abril, empezó a fines del año pasado y se intensificó a comienzos del corriente. El 15 de diciembre de 2014, De Mendiguren organizó en el Jockey Club de San Isidro una reunión de su lista, en una especie de minicongreso que debía transformarse en un espaldarazo a su candidatura. Pero no resultó: hubo un fuerte malestar por el regreso a la entidad, al menos en esa cena, de los referentes de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires. Un grupo de empresarios que, comandados por Osvaldo Rial, venían enfrentados desde hace años, sobre todo, con el Grupo Techint, que en 2012 jugó fuerte contra las pymes fabriles bonaerenses y terminó expulsando a UIPBA de la conducción de UIA.

Los que lo respaldan al "Vasco", aquellos de su círculo más íntimo, le destacan lo que casi todos resaltan de su persona y que se vio con resultados en sus dos últimas presidencias de UIA. Una hábil muñeca para alcanzar consensos en lo económico y político, tanto con gobiernos como entre empresas. De Mendiguren fue uno de los artífices del acercamiento con los industriales brasileños, hoy una relación menos sencilla. Y también aquel que echó de la UIA a la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que aglutina a Arcor, Clarín y otros grandes. De este último hecho aún se jacta el Vasco, en debates con amigos y hasta con la prensa. 

Organizó además una de las Conferencias Industriales de mayor nivel, cuando en el mismo encuentro juntó a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández; y a su par de Brasil, Dilma Rousseff. Y los gabinetes económicos, industriales y técnicos de ambos gobiernos. 

En este contexto, casi todos los referentes de la entidad coinciden en que la UIA resignó en los últimos años el debate político en las reuniones propias, y no hay diálogo entre pequeños, medianos y grandes empresarios. 

La idea es que el candidato que emerja logre acercar posiciones en un año particularmente complejo para la actividad y a nivel político.

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