martes, 13 de diciembre de 2011

Joaquín Morales Solá al borde de un ataque de nervios

El patético ¿periodista?, amigo y lamebotas del recientemente fallecido genocida Bussi, descargó todo su odio, su veneno, su frustación y su impotencia en una columna de La Nazión. No se resignan a seguirla mamando.

El domingo, en su patética columna de La Nazión, Joaquín "hijo de un tren de carga lleno de putas" Morales Sola, cansado de tenerla adentro, descargó todo su odio, su veneno, su frustación y su impotencia.

Titulada "Mensaje para tiempos difíciles", la columna comienza diciendo que "Si algo hay que agradecerle a Cristina Kirchner es su sinceridad. Ante el pleno del Congreso explayó sus fobias más que sus simpatías. Sus adversarios de los próximos tiempos serán los gremios y el sistema financiero. Tal vez también una parte del empresariado, al que llamó el "club devaluador". Los tiempos difíciles por venir, que ella explicitó por primera vez (aunque los atribuyó sólo a la crisis internacional), necesitarán de la disciplina de esos dos sectores de la vida económica del país".

El mal nacido sigue señalando que "acordonó, también por primera vez, el derecho de huelga (no debe significar chantaje ni extorsión, disparó) y les recordó a los peronistas que la Constitución de Perón de 1949 no establecía el derecho de huelga. Nunca fue menos peronista que en ese instante de su discurso de ayer, cuando sermoneó la memoria del creador del peronismo. Los ritos no se detienen en los detalles y los peronistas cantaron la marcha peronista al final del acto. Marcha modificada por la juventud peronista, que mezcló en cuatro nuevos versos improbables resistencias en los 90, retorno con los Kirchner de no se sabe dónde y una invocación a la PJ setentista. Todo en la misma ensalada. Nunca antes, de todos modos, un rito pareció tan vacío después de la reprimenda de la Presidenta a la memoria de Perón"; para luego agregar que "si la historia de Perón merece una reescritura, ¿qué puede esperar Hugo Moyano? Si los hasta ahora intocables gremios docentes cayeron bajo la amonestación presidencial, ¿qué podrían aguardar los camioneros, por ejemplo? El mensaje presidencial fue para todos los sindicatos (los calificó peyorativamente de "corporación"), pero en especial para Moyano. Chantaje y extorsión son calificativos que la Presidenta sólo se los dedica en los últimos tiempos al moyanismo y a su amplio círculo de influencia gremial, sobre todo a los sindicatos del transporte".


En otro párrafo, el tucumano sostiene que "Cristina Kirchner tiene una vieja cuenta con los docentes santacruceños (factura que ayer les pasó, inevitable), pero ese era un gremio de amigos en el escenario nacional. Les recordó los salarios que cobran y los mandó a actualizarse. Sólo les faltó ordenarles que no le hicieran huelgas a Mauricio Macri, que es el último gobernante con el que los docentes se enfrentaron".

Más adelante, aparentemente molesto por el desaire al traidor serial, Julio Cobos, Joaco afirma que "Cristina es Cristina. Al final, no fueron Julio Cobos ni Amado Boudou ni Beatriz Rokjés de Alperovich. Fue su hija, Florencia, la encargada de colocarle la banda, uno de los dos símbolos del mando presidencial, sobre su vestido aún negro. El otro símbolo es el bastón, pero para aferrarse a él no necesita que la ayuden. Si el bastón representa el mando, Cristina Kirchner sabe cómo usarlo sin asistencia de nadie. El poder está definitivamente encerrado en su familia. No porque la Presidenta haya confiado siempre en las bondades de una dinastía gobernante, sino porque las deslealtades de la política (y su propia concepción conspirativa del poder) la han recluido sólo entre los afectos más cercanos y más confiables".

Luego de "atender" a Juan Manuel Abal Medina, a Lorenzino y -cuando no- a Guillermo Moreno, a quien definió como un ministro de facto, el impresentable lacayo de Magneto y de Bartolomé Mitre culmina su opúsculo panfletario, recordando que "'No se guíen por la letra de molde', se despachó con otra de sus clásicas fobias: los medios periodísticos. Si bien guardó cierta moderación cuando se refirió a este asunto, varias veces dio vuelta sobre el debate abierto con el periodismo a secas. Su guerra continuará, aunque la haya disimulado ayer. Esa actitud forma parte de una decisión política (reiniciar la ofensiva contra la prensa), pero también de la necesidad presidencial de exhibir el poder como una carga amarga y heroica. Ese trazo de su discurso fue el único que careció de sinceridad: Cristina Kirchner es una mujer de poder, segura y sólida entre tanta victoria".

Joaquín Morales Solá. Un genuino hijo de puta. Uno de esos nefastos personajes que, al revolcarse en su propio veneno, nos hacen disfrutar aún más del tiempo que nos toca vivir.

Tomalo con calma Joaco. Hacelo despacito que tenés para 4 años. No hacía falta que la chuparas toda junta ahora.

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