miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cobos confesó estar "aliviado" y se acordó de Verbitsky

El impresentable ex vicepresidente okupa dijo sentirse contento y aliviado luego de presidir la ceremonia de la jura presidencial. Sobre el frío saludo de Cristina dijo que es "es un problema de ella" y acusó a Verbitsky.

Julio César Cleto Cobos dejó su cargo y una mochila muy pesada. Tras presidir la jura presidencial el ahora ex vicepresidente dijo estar "contento" por "haber cumplido con lo que establece la Constitución". Aunque segundos antes dijo haber sentido un "alivio terrible" al retirarse del Congreso Nacional.

"¿Sintió alivio?", fue la pregunta de la prensa para el saliente funcionario. "Terrible", contestó Cobos enseguida y luego se corrigió en una respuesta mas diplomática: "No, contento. Es un... no un peso de encima. Cumplí con lo que establece la Constitución". "Sabía que villancicos navideños precisamente no iba a recibir, pero tuve la gran satisfacción de cumplir con mi palabra hasta el último de mi mandato", expresó sobre el ambiente tenso que se prevía durante la jura.

Cobos también fue consultado sobre el saludo que le dio Cristina Fernández de Kirchner. Sobre si pensó que era frío respondió: "Es un problema de ella, no mío. Yo le di la mano como corresponde y la miré a los ojos. Ha sido así todos los 1º de marzo después del conflicto con el campo, que no se pudo recomponer la relación. Eso es algo que implica voluntad de ambas partes, que yo tuve".

El radical también hizo referencia a la frase de Horacio Verbitsky quien la semana pasada había dicho "andate Cobos, la puta que te parió". "Me extraña que un hombre con la trayectoria de Verbitsky en la defensa de los derechos humanos haya tenido está actitud de intolerancia tan grande, tan incitante a la violencia. Creo que tendría que reconsiderar, aunque creo que no lo va a hacer, porque respeta a los que piensan igual que él y el resto parece que cae en el pozo de la descalificación y el agravio", replicó.

Julio Cobos. Un pobre tipo que sólo cosechó el desprecio que merecen todos los traidores.

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