jueves, 10 de agosto de 2017

Acoso a una mujer que fue a renovar el registro porteño: "Le falta una minifalda para mostrar lo que tiene"

UNA MUJER QUE FUE A RENOVAR EL REGISTRO DE MANEJO SUFRIÓ ACOSO EN UNA OFICINA DEL GOBIERNO PORTEÑO. SU CASO CIRCULÓ POR LAS REDES SOCIALES Y LLEVÓ A LA SEPARACIÓN DE SU CARGO DE UNO DE LOS IMPLICADOS.

Una joven que figura en Facebook como Maru Monj ofreció en las últimas horas un relato de acoso que se viralizó. La joven, de 31 años, concurrió a una oficina pública en el microcentro porteño para renovar el registro y se encontró con una situación más que incómoda.

La Dirección General de Licencias para Conducir, ubicada en Viamonte 1461 fue el escenario. Maru hizo un largo trámite hasta llegar al último box, señalado con un cartel: “Médico Clínico”. Adentro había dos hombres de “aproximadamente 80 años cada uno”. Allí empezaron los problemas.

En su relato, Maru contó que la llamaron “fea” y que le insinuaron que “lo único que le falta a usted es una minifalda, una pollera, para mostrar lo que tiene”. También le aconsejaron “búsquese un marido que la mantenga”. Y siguió la recomendación: “y tenga un solo hijo, escúcheme bien. Porque un hijo completa a la mujer y dos, le arruinan el cuerpo, esas formas bellas que ustedes tienen, los hombros, los pechos, el vientre, los muslos, las nalgas”.

Las insinuaciones y agresiones no pararon ahí. Le preguntaron si era hija primeriza, y la respuesta afirmativa motivó este comentario: “entonces usted es resentida y siempre está en disconformidad con todo. Porque alguien le sacó el trono. Encima es mujer”. La joven preguntó si “me iban a tomar la presión o algo así”, a lo que le contestaron, entre risotadas: “¿quiere que le tomemos la presión? Vuelva a entrar y desnúdese”.

Maru salió después de haber pasado varios minutos que para ella fueron interminables. Se quedó mirando. “Vi entrar consecutivamente a los dos hombres que me seguían en la fila y estuvieron allí adentro menos de un minuto cada uno”, relata y agrega que dejó “ese subsuelo inmundo” y se fue, con mucha angustia y nerviosismo. “Quise avisar en recepción lo que me había pasado con estos ‘trabajadores’ y no lo hice”, explica.

La joven habló con su madre, convencida de que había que denunciar el hecho. “Vos estás plantada, mirá si le pasa a una chica de 17 años que tiene que sacar el registro y no sabe cómo es la cosa”, le dijo la madre. 

Monj no tenía los nombres de los dos empleados e hizo público en cuenta de Facebook que trabajan en el subsuelo de Viamonte 1461. Ayer, uno de ellos fue separado de su cargo.

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