miércoles, 21 de diciembre de 2011

2001: Los casos judiciales a diez años de las muertes

Los familiares de las víctimas de la represión policial ordenada por el gobierno de la Alianza, aún esperan por Justicia. De los once homicidios registrados en Buenos Aires, sólo dos casos llegaron a juicio oral.

En la Provincia, las víctimas de la represión policial durante el 19 y el 20 de diciembre de 2001 fueron once: Víctor Ariel Enríquez, 21 años y asesinado en Almirante Brown; Diego Avila, 24 años y asesinado en Villa Fiorito; Juan Hernán Flores, 15 años, de Merlo; Roberto Agustín Gramajo, 19 años, muerto en Almirante Brown; Pablo Marcelo Guías, 23 años, asesinado en San Francisco Solano; Cristian Legembre, 20 años, de Castelar; Damián Vicente Ramírez, 14 años, asesinado de un balazo en el cuello en la esquina de Maciel y Cristianía, en Gregorio de Laferrere; Ariel Maximiliano Salas, muerto en la misma esquina;  Mariela Rosales, 28 años, de Lomas de Zamora; Carlos Manuel Spinelli, 25 años, fusilado desde un automóvil Gol blanco en la localidad de Pablo Nogués; y José Vega, 19 años, asesinado en Moreno.

De dichos casos, sólo llegaron a juicio oral, en 2007, el homicidio de Damián Ramírez, de 14 años, y Ariel Salas, de 31, en La Matanza. Dos comerciantes fueron condenados a 15 y 6 años de cárcel respectivamente, pero el único integrante del aparato represivo juzgado fue absuelto.

La represión policial del gobierno nacional de la Alianza y de los gobiernos provinciales durante el 19 y el 20 de diciembre de 2001, dejó un total de 39 muertos.

Según el mensuario Le Monde Diplomatique, entre 1976 y 2001, la deuda externa argentina pasó de 7.600 millones a 132.000 millones (155.000 millones sumando la deuda privada), a lo que hay que agregar 40.000 millones ingresados por la privatización de empresas nacionales.

Entre tanto, la desocupación trepó del 3% al 20%, la pobreza extrema de 200.000 personas a 5.000.000; la pobreza de 1 millón a 14 millones; el analfabetismo del 2% al 12% y en analfabetismo funcional del 5% al 32%. En julio de 2001, apenas 4% de los desocupados recibía un subsidio del Estado.

A comienzos del 2000 se registró una salida de 2.000 millones de pesos-dólares que nunca se recuperó. A  partir de febrero de 2001, los mercados, calificadores de riesgo y los bancos llegaban a la conclusión de quela Argentinamarchaba inexorablemente hacia el default.

El 30 de noviembre se escaparon más de mil millones de dólares de los depósitos bancarios. Esa noche Domingo Cavallo reunió a su plana mayor y a Roque Maccarone, presidente del Banco Central, en el Salón de Acuerdos del Ministerio de Economía; allí les anunció el embargo de los depósitos, la medida que aún se conoce como “el corralito”, frente a la “necesidad imperiosa”, según el ministro de Economía, de no dejar caer a los bancos Provincia y Nación.

El decreto de necesidad y urgencia número 1570 fue firmado la noche siguiente por el presidente De la Rúa: la norma original establecía un límite a los retiros en efectivo de 250 pesos o dólares por semana; prohibía sacar más de mil dólares del país, salvo en operaciones debidamente autorizadas por el Banco Central y alentaba la posibilidad de convertir a dólares los depósitos en pesos. Una forma de asegurar que no corría peligrola Ley de Convertibilidad.

El 19 de diciembre, en la Cámarade Diputados, se derogaron los superpoderes otorgados nueve meses antes a Cavallo. El ministro había permitido el día anterior un retiro adicional del corralito de 500 pesos, por una única vez, para sufragar las fiestas. Comenzaron los saqueos en la provincia de Buenos Aires. Luego en Entre Ríos, Salta,  Mendoza, Río Negro, Santa Fe.

Las cacerolas empezaron a sonar apenas Dela Rúa anunció el estado de sitio. En la mañana del jueves 20, Domingo Cavallo renunció al ministerio de economía, puesto al que había llegado el 20 de marzo de 2001 para reemplazar al renunciado Ricardo López Murphy. Fue el comienzo luctuoso de una larga zaga de política e institucional.

A mediados del 2002, el senador en ejercicio de la presidencia, Ednarco Duhalde, demuestra, otra vez, su propia naturaleza. Asesinan impunemente a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

Ese fue el país que heredó Néstor Kirchner cuando asumió la presidencia el 25 de mayo de 2003. Más allá de los posicionamientos políticos específicos, qué otra cosa que un homenaje histórico merecen Kirchner y el proyecto de país que hoy encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Y pensar que muchas de las voces opositoras de hoy, fueron los responsables políticos de aquella matanza de jóvenes, de aquél modelo vaciador que estalló hace una década.

Informe: http://agepeba.org

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