domingo, 15 de abril de 2012

Córdoba: la vida por un choripán

En Córdoba comenzó a regir una ordenanza de hace 12 años que prohibía la venta de choripanes durante el día. Los cordobeses enfurecieron y hasta Luis Juez habló de entrar en guerra por un chorizo.

Un choripán no se le niega a nadie, pero para los cordobeses esa vital atención estuvo a punto de ser suspendida en horarios diurnos. Y se armó la batahola.

Inexplicablemente y de un día para otro en la ciudad de Córdoba los inspectores municipales de la Dirección de Control Integral de la Vía Pública comenzaron a aplicar una ordenanza sancionada hace 12 años por el entonces jefe comunal, Germán Kammerath.

Mediante la aplicación del decreto 1.154, que regulaba la ordenanza 10.244, empezó a regir una serie de restricciones para la venta callejera de choripanes que paralizaron momentáneamente esa actividad.

La regulación abarca la habilitación, funcionamiento e instalación de puestos de venta ambulante de choripán en la ciudad. Y el decreto fija un horario determinado para la comercialización, prohibiéndola de 8 a 21.

Es por ello que el jueves se clausuraron varios comercios, lo que levantó la ira de los cordobeses que querían acceder desesperadamente a un almuerzo bien calórico pero no podían.

Twitter estalló con el hashtag #conloschorisno, mediante el cual los damnificados expresaron todo su repudio a una reglamentación que 12 años después venía a complicarles las vidas. Hasta el propio senador Luis Juez aseguró ser capaz de "ir a la guerra por un choripán" si no se revertía la medida.

Ante tremenda repercusión, el propio intendente Ramón Mestre tuvo que salir a calmar los ánimos y se definió a sí mismo como "el principal consumidor de choripanes", dando a entender que por ello mismo no impediría la comercialización del alimento a plena luz del día. "Soy el principal consumidor de choripanes, junto al Fernet y al cuarteto son marcas registradas de Córdoba, entonces, ¿cómo los voy a prohibir?", se preguntó Mestre.

Así las cosas, el viernes la ciudad amaneció en calma ya que las clausuras cesaron a cambio de que los comerciantes que quieran vender choripanes entre las 8 y las 21 horas tramiten un permiso municipal.

Córdoba respira tranquila, los cordobeses pueden estar seguros de que su cupo de choripán per cápita no se verá amenazado.

Diga que uno sabe -y lo padece- que Macri ¿gobierna? en Buenos Aires; porque sino, hubiéramos jurado que era intendente de Córdoba capital.

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