viernes, 11 de febrero de 2011

Los precios en el país de Magnetto

El intento de Clarín de crear la ilusión de hiperinflación en la gente no solo fue desmentido por la Cámara de Operadores de Mayoristas Frutihorticolas del Mercado Central, sino que con realizar una simple recorrida por las verdulerías se verán otros precios.

El intento de Clarín fue claro: denunció un exagerado aumento en las frutas y verduras con el objetivo de generar el enojo de la gente y provocar que la especulación termine por aumentar verdaderamente los precios.

El diario de Magnetto advirtió que se produjo un "violento movimiento de precios" en las frutas y verduras "vinculados a factores estructurales" y estableció solo dos fuentes: Los precios de Coto digital y la asociación de consumidores ADELCO.

Sobre esta base avisaron que el precio de la lechuga creció un 76 por ciento entre diciembre del 2010 y enero del 2011.

Respecto de estos datos hay que tener en cuenta que "los pedidos realizados en Coto digital tienen un valor agregado porque se paga el envío y se manda la mejor mercadería" según describieron ex empleados de la empresa.

Nuestros amigos del diario Tiempo Argentino realizaron lo que Clarín obvió: recorrer verdulerías en distintos barrios y comparar los precios.

Luego de ver el resultado queda claro por qué el diario opositor no hizo este común procedimiento periodístico. Los precios se encontraban entre un 30 y un 70 porciento más baratos que los publicados en la tapa del pasquín de Noble-Magnetto.

Por ejemplo, según Clarín el kilo de limón se encuentra en $ 20,20. En Capital Federal en la verdulería de Libertad y Arenales está a $ 14,50, en la de Plaza Almagro a $ 10,00, en la de Tacuarí y M. García a $ 16,00 y en la de Carlos Calvo y Entre Ríos a $ 7,00. Algo similar ocurre con la manzana. Clarín sostuvo que está a $ 11,70 y en el mismo recorrido de establecimientos se encontró a $ 7,50, a $ 4,50, a $ 10,00 y a $ 7,00.

Julio Blanck, editor jefe del pasquín del gran diario argentino, se excusó señalando que "nosotros actuamos de buena fe. Yo mismo le pregunté los precios a la sirvienta que trabaja en mi casa y ella me los pasó. Ahora, gracias a Tiempo Argentino me vengo a enterar que esta paraguaya de mierda me fiene afanando desde hace meses cada vez que va a hacer las compras. Con razón mi mujer me dice que la plata no nos alcanza. No hay nada que hacer; Macri tiene razón. Hasta que el gobierno nacional no solucione el problema de la inmigración descontrolada de paraguayos y bolivianos, este país no tiene arreglo".

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