viernes, 11 de febrero de 2011

Final trágico para la Malparida

Con un fin acorde a las reglas del género, el martes se emitió el último capítulo de "Malparida" por el Trece con un promedio de 26.8 puntos de raiting convirtiéndose así en el segundo programa más visto del día, siendo sólo superado por su reemplazante, "Los Únicos", que se llevó 1.8 puntos más.

Y sí, tenía que morir Renata. No había otra chance. ¿Dónde se vió que la heroína de una telenovela sea mala y se salga con la suya? Bastante rupturista fue Suar al hacer que la protagonista de la historia sea al mismo tiempo la villana. Y las reglas son las reglas. La mala tiene que morir, quedar presa o loca en un manicomio.

Así es que el personaje que encarnó durante todo 2010 Juana Viale esperó a tener su hijo para entregárselo a Lautaro (Gonzalo Heredia) para luego tirarse al vacío desde un campanario repitiendo "el amor sana, la muerte mata".

El final de Malparida provocó cierta inquietud en Adrián Pérez, Patricia Bullrich y Fernando Iglesias entre otros. De acuerdo a los trascendidos, desde la sede de la Coalición Cívica se comunicaron con Adrián Suar para transmitirle la molestia que reina en las filas de esa fuerza política. "Chueco, dejate de joder. No podés darle semejante idea a la Malcogida. De quedar presa zafa porque nadie va en cana por injurias y calumnias y del manicomio también zafa pero la verdad es que no sabemos bien por qué; pero de boletearse el 23 de octubre a la noche, cuando se conozca el resultado de elección no zafa ni en pedo", le dijo un ofuscado Fernando Iglesias al gerente de programación de canal 13.

Por su parte, Adrián Pérez -candidato a vicepresidente (que país generoso)- está tratando de convencer a sus compañeros, para el día de las elecciones, el bunker de la Coalición Cívica funcione en una planta baja; mientras que Patricia Bullrich, estaría llevando a cabo gestiones ante el Obispado de Buenos Aires, para que la noche del 23 y durante todo el 24 de octubre, los campanarios de las iglesias estén totalmente cerrados, para impedir cualquier intento de suicidio místico.

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