lunes, 20 de noviembre de 2017

La falta de cloacas sigue siendo un problema en el Gran Buenos Aires

CON LOS HOGARES DE MENOS RECURSOS COMO LOS PRINCIPALES DAMNIFICADOS A DIFERENCIA DE OTRO TIPO DE SERVICIOS, LAS CLOACAS NO SÓLO AFECTAN A LOS GRUPOS MÁS VULNERABLES SINO TAMBIÉN A SECTORES DE CLASE MEDIA Y BAJA.

La mitad de las familias del conurbano bonaerense no cuenta con una red de conexión cloacal a sus hogares, un servicio que disminuye la probabilidad de contraer enfermedades infecto-contagiosas y cuya ausencia atenta contra la calidad de vida de la gente. Este drama abarca a unas seis millones de personas, según el informe técnico realizado por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA a pedido de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, que calcula que afecta al 51,8% de la población del Gran Buenos Aires.

Si bien el problema bajó un 6% en los últimos cinco años, una cifra importante que representa a 720 mil bonaerenses, el de los desagües domiciliarios en el GBA está lejos de ser un problema resuelto, ya que por cada persona que cuenta con el servicio hay otra que no tiene acceso.

Para colmo, la problemática es muy superior a lo que ocurre a nivel nacional, donde los datos de la UCA indican que el déficit ronda al 30% de los hogares de centros urbanos, prácticamente con 20 puntos porcentuales de diferencia.

Con respecto a esta comparación, desde la Subsecretaria de Recursos Hídricos de la Nación manifestaron que “el porcentaje de cobertura de cloaca depende de cada provincia”. Así, explicaron que algunas están por debajo como Tucumán (44%), Córdoba (35%), Chaco (25,2%) y Santiago del Estero (20%)”, mientras que otras por encima, tales los casos de “Santa Cruz (84,9%), Entre Ríos (69,2%), Mendoza (61%).

El investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina, Juan Bonfiglio, sentenció que “el conurbano no es la única zona que tiene este problema, pero sí el que lo padece en mayor magnitud”

“Tiene que ver con el tipo de aglomeración, el nivel de población y cómo se fue conformando este territorio, donde se fue llevando a cabo una expansión sin una planificación urbana y sin la inversión necesaria en servicios para resolver esta demanda”, resaltó el sociólogo.

Además, explicó que “a diferencia de otro tipo de servicios, las cloacas tiene un nivel muy alto de incidencia y no sólo afecta a los grupos más vulnerables sino también a sectores de clase media y baja”. En ese sentido, el relevamiento demostró que en todos los sectores hay familias sin conexión a la red, aunque existen brechas: el porcentaje se incrementa a medida que desciende el nivel socioeconómico y la condición sociorresidencial, dos factores que resultan determinantes.

Por caso, un 67,4% entre las personas de nivel socioeconómico muy bajo no tienen cloacas, cifra que baja progresivamente al 55,6% en el nivel bajo, 42,9% en medio/bajo y un bastante menor 19,3% en medio/alto.

Al analizar la estructura residencial, los sitios enmarcados como bajo/vulnerable viven una situación similar junto con las villas y asentamientos (78,5% y 79% sin cobertura, respectivamente), reduciéndose a 49,7% en medio y medio/bajo y a 17,4% en medio/alto.

En el estudio no se observaron diferencias notables entre los diferentes sectores del Gran Buenos Aires. A saber, la zona Norte registró un 53,3% de personas sin conexión, similar al 51,8% del Oeste y al 50,7% del Sur. Entre ellos, en el último lustro, hubo una notoria mejoría en el sur (-9,4%), seguido por el Norte (-6,4%) y un escaso movimiento a favor en el Oeste (-2,4%).

Teniendo en cuenta estos números, Bonfiglio alertó que cobran mayor importancia por la cantidad de gente que vive en estos distritos: “no estamos hablando de una zona rural, con bajo nivel de concentración de gente. Son zonas con una muy alta densidad de población”.

El especialista valoró la mejora de los últimos cinco años al observar que “puede parecer poco, pero en término de magnitud y en cantidad de personas es importante”. De todos modos, advirtió que “falta mucho todavía. Hubo inversión, pero tiene que ser sostenida durante mucho tiempo. Hay cuestiones que responden a otras lógicas. Es un problema serio particularmente en saneamientos que haya una porción tan alta sin acceso a cloacas”.

En tanto, aclaró que “no es un problema que responda a un gobierno particular, sino que es una situación bien estructural”, pero no dudó en afirmar que “la Argentina está en condiciones de no tener este tipo de problemas; no es un tema que no se pueda resolver”.

Finalmente, el informe de la UCA en conjunto con la Defensoría observó a modo de conclusión que “si bien en términos absolutos la disminución se explica en gran medida por la mejoría experimentada por la población en hogares de nivel socioeconómico bajo, la población que más se beneficia en términos relativos con la expansión del servicio fue la que residía en los hogares mejor posicionados socioeconómicamente”.

Una ausencia que deriva en serios problemas de salud

La falta de cloacas incide directamente en la calidad de vida de las personas, que ven afectadas no sólo sus condiciones de higiene, sino que también comprometen seriamente su salud. Es común que en los barrios donde no hay conexión a la red se propaguen diferentes enfermedades infecto-contagiosas, generalmente dominadas por molestias estomacales, fuertes diarreas y erupciones en la piel.

Para Bonfiglio, “las enfermedades infecto-contagiosas tienen mucha mayor incidencia en lugares donde no hay cloacas, así como cambian las condiciones sanitarias de estos barrios”. Según la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo mueren 1,6 millones por “enfermedades diarreicas”, atribuibles a la falta de acceso a un agua potable salubre y al saneamiento básico. 

¿Las principales víctimas? Los niños de menos de 5 años, que representan el 90% de la trágica lista. Además, desde la OMS insistieron en que otros centenares de millones se ven afectados por diferentes virus intestinales y hasta hepatitis A.

Objetivo: elevar un 25% la cobertura en ocho años

Uno de los principales proveedores de la red de conexión cloacal en el conurbano bonaerense es la empresa Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), que tiene en su área de acción a 25 distritos, aunque 8 de ellos se incorporaron recientemente por lo que se produce una lógica brecha del 7% entre unos y otros en la cobertura. De todos modos, con un ambicioso plan de obras la compañía se propone elevar esos números a un 75% general para 2025.

En el radio de concesión original, la cobertura de AySA supera al promedio del GBA, con un 52,60% de población con acceso al servicio. Esto ocurre en los municipios de San Fernando, Tigre, San Isidro, San Martín, Vicente López, La Matanza, Hurlingham, Ituzaingó, Morón, Tres de Febrero, Avellaneda, Lanús, Quilmes, Almirante Brown, Esteban Echeverría, Ezeiza y Lomas de Zamora.

A su vez, en los partidos incorporados desde noviembre del año pasado el porcentaje desciende a 45,80%, situación que se produce en Escobar, Merlo, Moreno, San Miguel, Malvinas Argentinas, José C Paz, Presidente Perón y Florencio Varela.

Según confiaron fuentes de AySA, el objetivo a largo plazo de la firma es alcanzar el 75% de desagües cloacales para toda la concesión en los próximos 8 años, para lo cual puso en marcha una fuerte inversión, que sólo contando las grandes obras llega a más de 22 mil millones de pesos.

Sistema Riachuelo

Entre las tareas más importantes a futuro aparece el Sistema Riachuelo, concebido como “una solución integral para dar respuesta a las limitaciones en la capacidad y calidad de prestación del servicio, posibilitando la expansión del servicio en el sudoeste del conurbano”.

Una vez en funcionamiento este proyecto, contará con una capacidad de tratamiento de unos 2.100.000 metros cúbicos por día, estimándose que beneficiará a unos 4,3 millones de habitantes.

Además, las fuentes confiaron que el desafío actual pasa por atraer aportes que llegan hasta mil millones de dólares bajo la modalidad de PPP (Participación Público Privada), combinando esfuerzos estatales con potenciales inversores.

En este sentido, AySA tiene previstas tres grandes proyectos. El más fuerte de ellos es la Planta Laferrere Oeste, que demandará en La Matanza una inversión de más de 350 millones de dólares.

Otra iniciativa importante es la ampliación de la planta de tratamiento cloacal El Jagüel, emplazada en Ezeiza y para la que se prevé una inversión por 300 millones de dólares.

Por Alejandro Iglesias para Diario Popular

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