lunes, 20 de noviembre de 2017

Triaca busca echar a la CGT de la Comisión de Trabajo para no arriesgar la reforma

EL TULLIDO MINISTRO DE TRABAJO QUIERE UN PRO AL FRENTE EN DIPUTADOS, PARA NO DARLE LA AGENDA A LOS GREMIOS. LA PELEA POR LAS AUTORIDADES.

Jorge Triaca tomó el teléfono la semana pasada para negociar, sin intermediarios, el próximo presidente de la Comisión de Legislación del Trabajo en Diputados, donde en diciembre la alianza de derecha Cambiemos deberá sancionar la reforma que ingresó al Senado en la madrugada del sábado.

Quiere un macrifascista puro pero falló en su primer intento: Daniel Lipovetzky prefirió permanecer al frente de Legislación General, una de las más relevantes por ser fiscalizadora de leyes complejas.

El ministro le exigió poner manos a la obra a Nicolás Massot, aún jefe del bloque PRO (se presentó así en un asado que lideró días pasados) y uno de sus candidatos sería el santafesino Lucas Incicco, artífice de la renuncia de la procuradora Alejandra Gils Carbó por su rol en la bicameral de seguimiento del Ministerio Público. 

Hace dos años, con su bloque en minoría, Emilio Monzó logró un generoso acuerdo con el Frente Renovador que le permitió quedarse presidencias de comisiones "de gestión", como Legislación General, Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Relaciones Exteriores.

Fortalecido por la elección de octubre podrá sostenerlas pero buscará hacerse con el control de Energía (estaba presidida por Julio De Vido), Previsión y Seguridad Social (querría seguir la massista Mirta Tundis) y Legislación laboral, que está presidida por el petrolero Alberto Roberti y funcionó como un fuerte sindical en el Congreso. El vicepresidente es Abel Furlán, de la UOM y el Frente para la Victoria, y el secretario el chubutense Jorge Taboada, cercano a Hugo Moyano.

A diferencia de Héctor Daer, que abandona el Congreso, Roberti, Furlán y Taboada tienen mandato hasta 2019 al igual que Facundo Moyano y Triaca no quiere lidiar con ellos para imponer su tan esperada reforma laboral. De hecho, si bien el triunvirato de la CGT negoció la letra final del proyecto aún resta la reacción del Consejo Directivo de la entidad, donde Pablo Moyano ya anticipó que les hará pagar el costo del "acuerdismo".

El fuerte sindical en la comisión de trabajo le trajo otros problemas al ministro de Trabajo, como tener congelados proyectos como los de primer empleo o el régimen de pasantías, reclamados por Mugrizio Macri Blanco Villegas. Este año, casi ni se reunió. 

Es el poder de fuego de un presidente de Comisión: si se dispone, cajonea un proyecto y nunca se trata. El presidente de la Cámara puede evitarlo enviándolo a comisiones afines, pero la maniobra tiene sus límites en el sentido común. Un caso: además de dirigir los proyectos más importantes para el régimen, Luciano Laspina, al frente de la Comisión de Presupuesto, congeló iniciativas hostiles para la Casa Rosada, como los controles a la emisión de deuda externa.

En el Senado, Triaca confió en el pampeano Daniel Lovera, al frente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, leal al gobernador Carlos Verna. No tuvo problemas en acelerar el tratamiento para sancionarla el 29 y evitar que Cristina Fernández de Kirchner irrumpa en algún debate.

De todos modos, Federico Pinedo ya puntea nombres para apoderarse de presidencias hoy en manos del peronismo, como Presupuesto (iría Esteban Bullrich), Justicia y Asuntos Penales (Iría un radical, con la misión de activar la reforma del Ministerio Público) y Legislación General.

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