lunes, 8 de agosto de 2016

En el primer semestre de Macri las exportaciones acentuaron la primarización

LOS DATOS DEL INDEC CONFIRMAN QUE LEJOS DE SUMAR VALOR AGREGADO COMO PROCLAMA EL RELATO M, LAS EXPORTACIONES SE PRIMARIZARON.

Mugrizio Macri suele machacar en sus discursos que la Argentina tiene que pasar “del granero al supermercado del mundo”. Sin embargo, en los primeros seis meses de su régimen fascista, según los propios datos oficiales del INDEC, las exportaciones acentuaron su sesgo hacia la primarización, mostrando un fuerte avance de los productos sin elaborar en detrimento de los bienes que incorporan valor agregado. Incluso, la caída más fuerte se la llevaron los bienes de origen industrial.

El último Informe de Comercio Argentino (ICA) que elabora mensualmente el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos mostró que, producto de una mayor caída de las importaciones que de las exportaciones, el primer semestre de 2016 cerró la balanza comercial con saldo a favor de en 479 millones de dólares. Sin embargo, como advirtió un informe de la Universidad de Belgrano, se espera que el año cierre con signo negativo. Es que las exportaciones argentinas tienen un máximo en la primera mitad del año y en el segundo semestre no habrá exportaciones con las que compensar lo que importamos.

Pero lo que preocupa es la composición de las importaciones. El mismo ICA reveló que, por efecto de la devaluación y la quita de las retenciones, los productos primarios y las manufacturas de origen agrícola “aumentaron el valor exportado”, mientras que para las manufacturas de origen industrial y combustibles y energía “se redujeron tanto los precios como las cantidades”.

Las exportaciones de carnes elaboradas cayeron 4,8% mientras las de animales vivos subieron un 46,2%. En simultáneo pasamos a importar un 98% más de carne de cerdo y un 127% más de pollo.

No solo eso, sino que además pasamos a importar un 14% más de alimentos y bebidas elaborados para el hogar y un 83% más de alimentos y bebidas elaborados para la industria. Entre ellos, carne de cerdo de España, Dinamarca y Brasil y pollo también de Brasil. En ambos rubros las importaciones crecieron, según los últimos datos del Senasa, en el primer caso un 98% y en el segundo un 127%.

El efecto de las medidas

La quita de retenciones al maíz encareció los costos de producción de carnes y por eso a los productores no les cierran los números. Ahora, el maíz que se exporta, en vez de ser transformado en proteína animal en criaderos porcinos y avícolas, se reimporta en forma de carnes. En otras palabras, en estos rubros, Argentina es cada vez más granero y menos supermercado.

La tendencia se confirma también en otros rubros. Así, mientras las hortalizas y legumbres sin elaborar crecieron un 58,5% comparado con los valores de 2015, los preparados de hortalizas, legumbre y frutas crecieron solo un 9,7%. Cuando las lanas sucias exportadas aumentaron un 48,4%, las elaboradas lo hicieron a menos de la mitad (23,1%). Mientras que la exportación de cereales subió un 23,8%, la de productos de molinería y sus derivados se desplomó un 13,5%. De hecho, el rubro con el mayor avance fue el tabaco sin elaborar, aumentó sus exportaciones un 170%.

En el único rubro en el que se vio el avance prometido por Macri de pasar a ser el supermercado del mundo fue en las oleaginosas cuyas exportaciones cayeron un 16% mientas que las grasas y aceites treparon un 22,3%. En el resto de los bienes de la economía, por el contrario, cada vez se exporta menos valor agregado. De hecho, todos los bienes industriales, a excepción de los vehículos de navegación aérea, marítima y fluvial que crecieron un 286,7% mostraron una caída que promedia el 20%.

La explicación radica en la contracción mundial de la economía y la caída de los precios en dólares de casi todos los bienes. Como lo demuestra el Índice de Precios y Cantidades del Comercio Exterior del segundo trimestre publicado este jueves por el INDEC. Los índices de precios de las exportaciones y de las importaciones registraron bajas de 6,6% y 14,6% respectivamente. Así, mientras los precios de los bienes industriales en el mundo se contraen, en Argentina, incluso considerando el efecto de la devaluación, por efecto de la inflación siguen subiendo. Como resultado, las exportaciones industriales argentinas resultan poco competitivas.

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