jueves, 2 de enero de 2014

Argentina, el país de los relojes absurdamente adelantados

La Argentina es un país peculiar en muchos aspectos. Algunos interesantes, otros molestos, otros francamente absurdos. En este último grupo está el curioso huso horario que define la hora del país.
 
Casi la totalidad del territorio argentino está dentro del huso horario -4 (cuatro zonas a la izquierda del Meridiano de Greenwich), y una pequeña fracción en el huso -5. Argentina no tiene territorio en el huso -3. Pero supongo que ya habrán adivinado que en un país como el nuestro, “dónde queda el país” no es un dato demasiado relevante a la hora de decidir qué hora usar, no? Así, todo el país se rige por el huso -3, que ni siquiera toca territorio argentino.
 
¿Cómo se llegó a este despropósito? La historia es sencilla e incluye una sucesión de errores increíbles.
 
Argentina adhirió al sistema de husos horarios mundiales en 1920. En ese momento, considerando que casi la totalidad del territorio queda en el huso -4, el presidente Irigoyen adopta éste para la hora oficial argentina.
 
Diez años después, en 1930, Argentina comienza a adoptar la política habitual en otras partes del mundo de adelantar la hora oficial durante el verano para aprovechar mejor la luz solar. La “hora de verano” siguió implementándose con algunas intermitencias hasta el año 1969, en que el gobierno de facto del General Onganía dispone que la hora ya no cambie, pero comete un pequeño error. ¡En vez de regresar la hora al huso -4, deja a la Argentina de manera permanente en hora de verano, aún en invierno!
 
Increíblemente, solo cinco años después, el gobierno de Juan Domingo Perón decide retomar el cambio de hora veraniego, pero ignorando que la hora ya estaba adelantada, decide adelantar la hora aún más y coloca a Argentina durante el verano en el huso -2! Eso es dos husos completos desplazado de lo que corresponde a la ubicación del territorio, y tres para las provincias del oeste que están en el huso -5. Para apreciar cabalmente el despropósito que esto implica, durante el período estival, en las provincias del Oeste cuando el reloj marcaba las 12 del mediodía solarmente son las 9 de la mañana! En esos momentos la hora en Bariloche ¡era la misma que es las islas de la costa Oeste de África!
 
A partir de ese momento, el cambio de hora de verano se repuso y anuló intermitentemente, pero sin que nadie jamás enmiende el error acumulado en esas dos decisiones erradas. Cuando no hay cambio, Argentina está en el huso -3, en el que no tiene territorio. Cuando se adopta hora de verano (se hizo por última vez en el 2008), está en el -2, que queda a más de mil kilómetros de la costa más cercana del país.
 
Argentina no es el único país con excentricidades a la hora de fijar su hora oficial. India, Venezuela y varias otras naciones, eligieron un huso horario “y medio”, de modo que su diferencia con otros países no es en horas exactas sino en horas y media. Y para hacer las cosas aún más absurdas, Nepal, una porción de Australia y las islas Chatham usan una hora “y cuarenta y cinco”.
 
China, con toda su amplitud, tiene un solo huso horario para todo el país, lo que genera en algunas zonas una distorsión comparable a la Argentina. Hasta 1949 tenían cinco zonas horarias pero desde ese momento unificaron todo el país en una. La situación más extrema se da en la frontera entre China y Afganistán, donde con solo cruzar el límite ¡hay 3 horas y media de diferencia horaria!
 
Alrededor de la línea de cambio de fecha pasan varias cosas divertidas también. Hay un huso +12 y uno -12, de modo que hay países en los que la hora es la misma pero en uno es domingo y en otro lunes. Pasar de uno a otro implica no cambiar la hora del reloj, pero sí la fecha!
 
Y algunas islas del Pacífico (Samoa, Tonga y Kiribati) incluso crearon los husos +13 y +14, ya pasados de la línea de cambio de fecha, donde la hora es la misma que en -11 y -10 pero se rehusan a estar un día más atrás, como le corresponde a esa región.
 
En Europa pasan cosas raras también. Por un lado, no en vano España es la madre patria. Ellos también utilizan un huso horario en el que no tienen territorio, aunque menos alejado que el caso argentino. Y Holanda y Francia están un poco desplazadas porque cuando fueron ocupadas por Alemania en la Segunda Guerra Mundial los alemanes impusieron su propia hora y eso no se corrigió después del fin de la guerra.
 
En conclusión, hay varias rarezas cuando de hora se trata, pero yo creo que ninguna rareza supera el disparate argentino de adoptar como hora oficial un huso en el que no tiene ni una pizca de territorio y ocasionalmente incluso otro huso a más de mil kilómetros de distancia. Así que podemos alardear de tener río más ancho, la avenida más larga y ahora también la hora más absurda.

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