Los integrantes del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) afirmaron que "a contramano de los agoreros que hablan de 'fin de ciclo', la recuperación a partir del segundo trimestre expresa la reafirmación del proyecto iniciado en 2003".
Hernán Letcher, economista del CEPA
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Julia Strada y Hernán Letcher subrayaron a Télam que esa recuperación se dio "junto con la reducción de la desocupación a menos de 7 por ciento y el crecimiento de los salarios por encima de cualquier medición de inflación".
Aseguraron que "las mejoras responden a políticas de fomento del mercado interno, a través del crecimiento de la inversión pública mediante obras de infraestructura, del fomento a la inversión privada y del gran incremento de los niveles de consumo de la población".
"Las políticas de impulso al consumo han tenido un rol clave, sobre todo a partir de la decisión de modificar los topes del impuesto a las Ganancias, que llevaron a tributar sólo a 11 por ciento de los trabajadores y a 0,7 de los jubilados; la movilidad jubilatoria, que aumentó las jubilaciones más de 30 por ciento en el año; y las paritarias celebradas todos los años desde 2004", destacaron los analistas del CEPA.
Evaluaron que "estos factores han jugado un papel fundamental en estos 10 años, a contramano de la tesis del 'viento de cola' que reduce la explicación del crecimiento al comportamiento de los precios internacionales y del tipo de cambio, sin tener en cuenta que las exportaciones para el período 2003-2010 representaron sólo 9,4 por ciento de la demanda agregada, en contraste con el 46,8 para el período 1993-2001".
"Queda claro a esta altura que han sido factores externos, como la caída en la demanda internacional producto de la crisis mundial, los que han influenciado negativamente para la desaceleración del crecimiento previo a esta etapa", remarcaron Strada y Letcher.
Señalaron que "justamente el desempeño económico toma aún más relieve dado que, a pesar de que la crisis internacional no encuentra solución, la economía argentina ha revertido la tendencia".
En ese sentido sostuvieron que "hacia fines de 2013, un año donde la Argentina creció a contramano de numerosos pronósticos negativos, ponderar la incidencia del Estado y de la política económica en el proceso es imprescindible para explicar el comportamiento de las variables de la economía".
Asimismo, indicaron que "actualmente, el mayor dinamismo de las importaciones sobre las exportaciones se ha reflejado particularmente en tres sectores fuertemente demandantes de divisas, como energía, sector automotriz y bienes de capital, con incidencia de la industria electrónica del régimen fueguino".
En este contexto, consideraron que "la restricción externa sigue siendo la principal preocupación en la actual coyuntura, dado que, lejos de las soluciones fáciles y automáticas de endeudamiento o programas de estabilización vía devaluación, el objetivo es profundizar el proceso de industrialización".
Al respecto afirmaron que "para avanzar sobre el problema de la restricción externa, es imprescindible considerar los cambios estructurales de la etapa que han tenido gravitación en los componentes de la balanza de pagos".
En ese sentido, mencionaron "la política de desendeudamiento, el impulso al mercado interno y la producción de bienes, la balanza comercial superavitaria, la reestatización de YPF y la política energética, y el condicionamiento a la fuga de capitales y remisión de utilidades".
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