La Ciudad de Buenos Aires no utilizó el 35 por ciento del presupuesto para obras de infraestructura escolar entre 2008 y 2013, y el 72 por ciento de los establecimientos calificó como "malo" o "muy malo" el servicio tercerizado de mantenimiento implementado desde 2010 en 13 de las 15 comunas, según un informe del Cuerpo de Delegados Comunales de las Cooperadoras Escolares.
Estos datos surgen del informe "Estado de la infraestructura y el mantenimiento edilicio en las escuelas públicas" que, presentado por el Cuerpo de Delegados en la Feria del Libro, reúne información de 96 establecimientos pertenecientes a 10 comunas.
El relevamiento da cuenta además de que, cuando los problemas no son resueltos en tiempo y forma por alguna de las más de 12 empresas tercerizadas del servicio de mantenimiento -cuyos contratos deben renovarse este año-, en el 52 por ciento de los casos son las Asociaciones Cooperadoras las que se encargan de las obras.
"En esos casos, se está pagando dos veces lo mismo cuando la escuela compra el material (a través de la cooperadora) y cuando la empresa cobra por el servicio", afirmó Ricardo Fuentes, miembro de la cooperadora de la Escuela nº 21 Hipólito Vieytes y delegado de Cooperadoras Escolares de la Comuna 1.
"Como la escuela no certifica la realización del trabajo de las tercerizadas, si lo hacen o no, o si lo hacen mal o con materiales que puso la cooperadora, lo cobran como si lo hubieran hecho bien y puesto ellos todo", agregó.
Las cooperadoras también denuncian que se les ha negado el acceso a los contratos de licitación y reclaman participación en el establecimiento de las prioridades.
En el marco de la Ley de Emergencia de la de la Infraestructura de los Establecimientos Educativos de Gestión Estatal de la Ciudad, entre 2008 y 2013 "se aprobaron más de 2.338 millones de pesos para las escuelas", aseguran, pero esa inyección de fondos no se tradujo en mejoras, porque "las obras se demoran y no se ha utilizado más del 65 por ciento de los fondos comprometidos".
Asimismo, el monto de las partidas presupuestarias destinadas a infraestructura escolar acusan un marcado descenso en los últimos años, y en los períodos en que aumentaron, creció la subejecución.
De tal modo, el presupuesto para infraestructura escolar fue de 727.800.000 pesos en 2011, de 326.300.00 en 2012 y de sólo 266.300.000 en 2013, con la contrapartida que en el primer año de la secuencia sólo se ejecutó el 66,87 por ciento, mientras que en el 2012 y 2013 se utilizó el 70,24 y el 97,86 por ciento de los fondos, respectivamente.
En las escuelas con servicio de mantenimiento a cargo de empresas, éstas "demoran en promedio entre 15 y 30 días para resolver los problemas en el 32 por ciento de los casos, de 1 a 3 meses en el 12 por ciento y más de 3 meses en el 25 por ciento: sólo en el 31 por ciento la solución llega antes de los 15 días", señala el informe.
"La mayoría de las obras están sin terminar: en mi escuela empezaron un trabajo de cableado hace cuatro años y aún no lo terminan. En parte está hecho y en parte no, con los cables a la vista, salidos para afuera", contó Vanesa Blanco, delegada de la comuna 15, sobre su escuela, la "República de Ecuador"
Por eso, los delegados concluyeron que "el servicio centralizado del mantenimiento edilicio es ineficaz, ineficiente, antieconómico, de baja calidad e inequitativo". Además, en todos los edificios relevados, sin excepción, "se advierten graves falencias en infraestructura y otros problemas edilicios no resueltos", aseguran.
Los problemas más frecuentes en las escuelas son las manchas de humedad, filtraciones y deterioro de techos y desagües (32 por ciento), seguido de la necesidad de reestructuración general y renovación de paredes y pisos (18 por ciento). En tercer lugar figuran los inconvenientes en el sector de baños y de cañerías de agua o los de ventilación, aireación, aislamiento térmico y calefacción, ambos con un 12 por ciento.
Luego aparecen los problemas de aperturas de puertas, ventanas y vidrios (9 por ciento) , seguido por las cuestiones de electricidad e iluminación (8 por ciento), de accesibilidad y circulación (6 por ciento) y necesidades en sectores de taller, huerta, cocina y comedor (4 por ciento).
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