domingo, 17 de mayo de 2015

Renuncias, causas judiciales y sospechas de corrupción tiñen a la UBA "en una crisis por disputas de poder"

La renuncia de un decano y un vicerrector sospechados de corrupción e investigaciones judiciales por malversación de fondos y negocios incompatibles con la función pública "no son hechos aislados en la Universidad de Buenos Aires, sino parte de una crisis política que obedece a una concepción mercantilista" del espacio académico, coincidieron distintos actores de la institución.


Los voceros consultados hicieron hincapié además en "los cuantiosos fondos que manejan algunas facultades y que provienen de los posgrados, del orden de los 90 millones de pesos anuales, mayores al presupuesto, de los cuales no se sabe dónde son destinados".

Si bien el rectorado negó la existencia de una crisis al no haber denuncias concretas, el decano de la facultad de Ciencias Económicas, José Luis Giusti, renunció ante las acusaciones de malversación de fondos, mientras que existen sospechas en torno al secretario de Hacienda Emiliano Yacobitti, vinculado a la Franja y dirigente de Nuevo Espacio de Económicas, por el mismo motivo.

Sobre Giusti, hombre vinculado al PRO, existen causas judiciales abiertas por el crecimiento inusitado de su patrimonio y por violencia de género.

Darío Richarte, dirigente de la Franja y ex secretario general durante la gestión de Oscar Shuberoff, quien debió renunciar en el 2001 al asumir una función en la ex Side, tuvo que presentar su dimisión como vicerrector ante la presión de movimientos estudiantiles, mientras que la actual decana de Derecho, Mónica Pinto, fue imputada por negocios incompatibles con la función pública.

Además, el rectorado pretendió avanzar, sin consultar con docentes y alumnos, con la cantidad de materias previas necesarias para pasar de curso a los estudiantes de los Colegios Nacional Buenos Aires y Carlos Pellegrini, lo que motivó tomas en esos establecimentos por parte del estudiantado y el retroceso del proyecto.

"Este es un momento para barajar y dar de nuevo en la UBA. Hay que repensar la Universidad porque hay algo que está funcionando mal. Hay mecanismos de gestión, criterios de selección, internas de poder y grupos de intereses vinculados a situaciones personales que están afectando al conjunto de la comunidad académica", dijo Federico Schuster, consejero superior que representa a la oposición.

Schuster, ex decano de Ciencias Sociales y candidato a rector que se enfrentó con Barbieri en las últimas elecciones, consideró que el proyecto universitario en común entre Económicas y Derecho "no es bueno para la universidad, los que disentimos con la conducción tenemos poca información, la UBA no es el Estado nacional es un espacio de conocimiento y esto es algo que está en crisis".

El consejero aseguró que "este era el gran peligro que veíamos, la venta de los servicios de la universidad y del conocimiento como si fuera una mercancía".

Para Irupé Mariños, consejera directiva de la facultad de Psicología, "Barbieri es un actor contingente de este proceso. La idea de la mercantilización del conocimiento proviene del núcleo duro que gobernó históricamente a la UBA".

"Esta conducción que se sostiene en la universidad es la que participó del gobierno de De la Rúa y en la UBA encontró un nicho para blindarse, como fue el caso de Richarte. Pero estos procesos que vivimos los ponen en jaque y decantan a estos personajes", detalló la consejera.

Para Alejandro Ades, responsable de la agrupación La Cámpora Universidad, los últimos hechos que se vivieron en la UBA "no son fenómenos aislados" y atribuyó las renuncias de Giusti, Richarte y las imputaciones a Pinto y Yacobitti a "un pase de facturas, no a una crisis, debido a un reacomodamiento de la alianza radical con sectores del PRO".

"Desde Económicas y Derecho empiezan a surgir las internas en donde Yacobitti, antiguo operador de Nosiglia y hoy impulsor de la candidatura de Lousteau, logró imponer a Albornoz en Económicas como sucesor de Giusti, la lucha es saber quién pisa más fuerte dentro de la Universidad", agregó.

Jorge Geffner, consejero directivo de Medicina, aseguró que "como minoría en el Consejo Directivo, no podemos acceder a nada, ni denunciar con pruebas los desmanejos que existen en el movimiento de dinero". y agregó que "sabemos que en Medicina sólo por posgrados se recaudan entre 90 y 95 millones de pesos anuales, eso es mucho dinero, mayor al presupuesto y sólo el decano sabe como se destinan esos recursos".

Sebastián Rey, consejero directivo de la facultad de Derecho precisó que lo que le importa a la UBA ahora "es vender servicios y hacer plata como sea" y ejemplificó esta situación en los alquileres al Banco Santander Rio de espacios o dando posgrados a gran escala, como en Derecho, "en donde toda especialización se paga, no importa el profesional".

Por su parte, Alejandro Nadra, consejero superior de Ciencias Exactas, aseguró que "los grupos anquilosados desde la epoca de Shuberoff ahora hacen valer su mayoría en los organismos de cogobierno, en donde no dan lugar a que se presenten proyectos en minoría, se vota en contra o se abstiene".

Nadra aseguró que los recursos que ingresan por posgrados "no están incluídos dentro del presupuesto de cada facultad y muchas veces son mayores a los propios presupuestos e ingresan en forma irregular sin ningún tipo de control de la oposición. Se los tiene para hacer caja de la propia facultad".

Andrés Bercum, no docente de la facultad de Arquitectura, destacó que "la Universidad maneja mucho dinero, tanto que es similar al presupuesto de una pequeña provincia del norte y mientras prioriza los contratos privados existe una creciente tercerización de servicios en el Hospital de Clínicas".

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