El obispo de Gualeguachú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano pidió, además, terminar con "una red de silencio que mantiene amordazada a la verdad por casi 40 años".
"No podemos mantenernos indiferentes ante una realidad que nos duele a todos. Quienes tengan información sobre algún nieto que fue apropiado durante el terrorismo de Estado debe aportarla", señaló Lozano en declaraciones difundidas por la agencia informativa AICA, que depende de la Iglesia Católica.
En ese sentido, el religioso señaló que restituir una identidad es "una obligación moral que debe asumir todo católico que se precie de tal".
"Hay que terminar con una mordaza que nos impide acceder a la verdad y que ya lleva casi 40 años. Pienso en María y José, en los días que vivieron angustiados hasta que encontraron a Jesús perdido en el Templo", sostuvo Lozano, quien en ese sentido agregó que "la complicidad con esa situación que impide conocer la identidad de personas secuestradas cuando eran bebés debe terminar".
El prelado reconoció que "muchos pueden tener el dilema moral acerca de lo que pasará con los padres apropiadores", pero afirmó que "ningún cariño puede encubrir el delito de asesinato de una madre o un secuestro".
"Algunos jóvenes intuyen o saben la verdad. Esperan a ser huérfanos de nuevo para reencontrarse con su identidad, para saber quiénes son. Mientras tanto las abuelas no viven lo suficiente como para verlos y sus familia biológicas siguen angustiadas", enfatizó.
Los dichos de Lozano se producen 15 días antes de que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto y su nieto recuperado Ignacio Montoya Carlotto viajen a Roma para entrevistarse con el papa Francisco, que le prometió que el Vaticano colaborará para restituir las identidades de aquellas personas que fueron apropiados al nacer durante el Terrorismo de Estado.
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