Sobrevivientes y familiares de las 22 personas que murieron por la explosión y posterior derrumbe de un edificio debido a un escape de gas, el 6 de agosto del año pasado, conmemoraron ayer con un toque de sirenas el primer aniversario de la tragedia.
De espaldas a 22 cruces colocadas en memoria de las víctimas y visiblemente conmovidos, los familiares se reunieron en Salta y Oroño, donde estaba emplazado el inmueble, y a las 9.31 hicieron las sonar sirenas de bomberos y realizaron un minuto de silencio.
Además de los 22 muertos, la explosión por una fuga de gas del edificio ubicado en Salta 2141 dejó más de 60 heridos, lo que conmovió profundamente a la ciudad.
Ayer a la mañana, con un cartel que decía "Sin impunidad, con justicia, 22 vidas inocentes se apagaron" y en el que se observaban los rostros de los fallecidos, los familiares se reunieron frente a un escenario en el que colocó una corona de flores.
Luego del sonar de sirenas y del minuto de silencio, Alicia Vidal de Fornarese, madre de Maximiliano, quien murió en la explosión, leyó una carta escrita por familiares y sobrevivientes.
En la misiva, la mujer manifestó que "con solo uno que quede en esa lucha bastará para seguir pidiendo justicia" y sostuvo que "no hay escuela que enseñe a seguir viviendo con este dolor".
Fornese expresó que desde el lugar de la explosión "se mantiene viva la memoria" y pidió "concientizar al ciudadano sobre el peligro en que vive".
"Justicia, memoria y esperanza son las palabras que nos sostienen", sostuvo la mujer al finalizar la carta, que fue aclamada por los asistentes, que se abrazaron entre lágrimas de dolor y emoción.
Luego, pidió en declaraciones a la prensa "que nos acompañe la ciudadanía, que pidan junto con nosotros, y que cuando pasamos en las marchas no nos miren desde los balcones, que bajen y nos acompañen para reclamar todos juntos".
"Caminamos por la ciudad y no sabemos qué puede pasar, todos los servicios deben ser controlados, especialmente las autoridades deben hacer que los servicios de las empresas estén siempre controlados, porque el gas y la luz han matado ya muchas veces en este país", dijo Vidal de Fornarese.
Claudia Vaio, madre de Santiago Laguía, que también murió en la explosión, dijo que sale a pedir justicia por su hijo "que fue el mejor hijo que pude haber tenido".
"Él no podría verme tirada en una cama hoy sin pedir justicia, sin moverme y por eso no vamos a parar, nada nos va a detener y seguiremos pidiendo justicia aunque salgan a burlarse en nuestra cara", agregó.
Alicia Baquero, sobreviviente de la tragedia, dijo a la prensa que vivía en el quinto piso del edificio que explotó y estaba embarazada de cinco meses cuando sucedió la tragedia, que le dejó "muchas secuelas físicas", aunque su bebé nació bien.
"Una de las paredes de mi departamento me aplastó toda la parte derecha del cuerpo, tengo fracturas vertebrales, hago rehabilitación y es muy difícil después de un año aun con secuelas del daño físico y psíquico que todos tenemos y tratamos de sobrellevar", señaló.
Luego, la cantante local Cecilia Petrocelli interpretó la canción "Honrar la vida", de Eladia Blázquez; mientras que por la noche, en la esquina de Salta y Oroño se realizó una misa en la cual el arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, afirmó que esa ciudad "tiene cicatrices y a la vista, reclama memoria y justicia" .
El religioso destacó, además, que "por eso queremos transformar estas cicatrices en oración y al cumplirse un año de la partida, recordar y ofrecer con esperanza esta Santa Misa por ellos, y así, habrá más paz para los que continuamos de pie frente a este lugar cargado de recuerdos".
El arzobispo recordó los titulares de la prensa rosarina, al momento de ocurrir la tragedia “reflejando con mucha cercanía que este día sería inolvidable para la ciudad. Lo sabíamos, y lo comprobamos”.
“Cuántas inquietudes, cuántos corazones, cuánto sentimiento esta mañana cuando volvimos a oir las sirenas”, señaló el prelado, y agregó que las 22 velas que portaban en las manos familiares de las víctimas esta noche, “están significando un recuerdo muy grande por 22 seres queridos que ya no están”.
Tras apuntar que “ya hace varios meses que veníamos pensando con los familiares en esta misa, en este recuerdo, en este momento de oración”, el arzobispo rosarino dijo sentir “una profunda paz de poder estar con ustedes”.
“Era el martes 6 de agosto, y a las 9.38 partieron hacia la casa de dios 22 hermanos nuestros y sentimos profundamente que lo hicieran así; sin pensarlo, sin despedirse, repentinamente, y por eso nos conmueve todavía más”, expresó y agregó que “por eso queremos estar aquí para rezar y para acompañar sin muchas palabras, las suficientes; dejemos que la palabra de la sagrada escritura sean las que llenen de paz y serenidad nuestras vidas”.
Una vez finalizada la misa, Mollaghan, familiares de las víctimas, junto a sacerdotes de otros credos religiosos, se trasladaron hasta el muro levantado frente al sitio donde se encontraba el edificio siniestrado y oraron por todas las víctimas.
Familiares de los fallecidos exhibieron velas en las manos y carteles con leyendas tales como “No a la impunidad, Sí a la justicia Salta 2141”. Posteriormente, la cantante santafesina Soledad Pastorutti entonó una canción para todos los presentes.
El religioso destacó, además, que "por eso queremos transformar estas cicatrices en oración y al cumplirse un año de la partida, recordar y ofrecer con esperanza esta Santa Misa por ellos, y así, habrá más paz para los que continuamos de pie frente a este lugar cargado de recuerdos".
El arzobispo recordó los titulares de la prensa rosarina, al momento de ocurrir la tragedia “reflejando con mucha cercanía que este día sería inolvidable para la ciudad. Lo sabíamos, y lo comprobamos”.
“Cuántas inquietudes, cuántos corazones, cuánto sentimiento esta mañana cuando volvimos a oir las sirenas”, señaló el prelado, y agregó que las 22 velas que portaban en las manos familiares de las víctimas esta noche, “están significando un recuerdo muy grande por 22 seres queridos que ya no están”.
Tras apuntar que “ya hace varios meses que veníamos pensando con los familiares en esta misa, en este recuerdo, en este momento de oración”, el arzobispo rosarino dijo sentir “una profunda paz de poder estar con ustedes”.
“Era el martes 6 de agosto, y a las 9.38 partieron hacia la casa de dios 22 hermanos nuestros y sentimos profundamente que lo hicieran así; sin pensarlo, sin despedirse, repentinamente, y por eso nos conmueve todavía más”, expresó y agregó que “por eso queremos estar aquí para rezar y para acompañar sin muchas palabras, las suficientes; dejemos que la palabra de la sagrada escritura sean las que llenen de paz y serenidad nuestras vidas”.
Una vez finalizada la misa, Mollaghan, familiares de las víctimas, junto a sacerdotes de otros credos religiosos, se trasladaron hasta el muro levantado frente al sitio donde se encontraba el edificio siniestrado y oraron por todas las víctimas.
Familiares de los fallecidos exhibieron velas en las manos y carteles con leyendas tales como “No a la impunidad, Sí a la justicia Salta 2141”. Posteriormente, la cantante santafesina Soledad Pastorutti entonó una canción para todos los presentes.
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