Lo hizo el Jefe de Gabineta Capitanich al cerrar el Primer Congreso Internacional de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos en San Juan. "Erradicar los basulares es una desición estratégica de este gobierno", agregó.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, afirmó ayer que el objetivo de la Argentina en materia de gestión de residuos sólidos urbanos "es erradicar basurales a cielo abierto en todo el país para lo cual debe haber una inversión de 4.000 millones de dólares para los próximos 7 años".
Al cerrar el Primer Congreso Internacional de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos en San Juan, Capitanich convocó a los gobiernos nacional, provinciales y municipales "a un esfuerzo conjunto" para la erradicación de los basurales, ya que se trata "de una decisión estratégica del gobierno".
Asimismo, anunció que habrá "una asignación de recursos sostenida en el tiempo, pero más agresiva en los próximos presupuestos en materia de aportes del tesoro, que también lo deberá ser de parte de los municipios y de las provincias".
Indicó también que se buscará "maximizar el financiamiento internacional para lograr un programa de inversión no inferior a 4.000 millones de dólares para los próximos 7 años, que es lo que pensamos que hay que invertir en este tema sin demoras".
El Congreso sesionó durante tres días en la provincia de San Juan, con la asistencia de representantes de 22 países y de todas las provincias argentinas en el Auditorio Juan Victoria de la capital cuyana.
Además de Capitanich, en el cierre de las deliberaciones estuvieron el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, con quien más temprano había colocado la piedra basal del futuro "Eco Parque Anchipurac", en el pedemonte del cerro Parkinson.
"Es decisión política de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y estratégica del gobierno, propiciar una política de estado, sustentable y de largo plazo que permita la eliminación de basurales a cielo abierto", enfatizó Capitanich, uquien además, sostuvo que "esa erradicación implica una inversión significativa en equipamiento, maquinarias, vehículos, obra civil, terrenos, lo que exige un compromiso de asignación de recursos de un modo sistemático".
Agregó que "cómo seguramente la demanda en materia de inversiones, supera largamente la cantidad de recursos disponibles en el corto plazo, es posible pensar que con fuentes de financiamiento internacional, nacional, provincial y municipal podemos trazar un sendero y cumplir estas metas de gobierno", al tiempo que explicó que en el gobierno nacional "entendemos que el tema del tratamiento de residuos sólidos urbanos constituye una agenda insustituible en materia ambiental en el presente y en el futuro".
Precisó además que también tiene impacto "en poblaciones con asentamientos periurbanos, que en general tienen problemas de acceso a servicios esenciales, desde energía eléctrica hasta agua potable y de cloacas".
"También tienen problemas de infraestructura social básica, de acceso a calles o viviendas y a otra infraestructura conexa como el tema de salud o educación, por la falta de estructuras edilicias", sostuvo.
Capitanich remarcó que la erradicación de basurales a cielo abierto "requiere un compromiso y una concientización para seguir cambiando, porque hace 40 años la basura se volcaba en un tacho y un camión lo llevaba a un basural".
"Luego se ponía la basura en una bolsa, pero sin tratamiento para su aprovechamiento, y hoy hay un cambio más, porque hay consciencia y una decisión de avanzar", enfatizó el jefe de Gabinete y reconoció que en el Congreso "se han establecido compromisos respecto de seguir invirtiendo y por eso saludamos los esfuerzos realizados, pero creemos que hay que definir una política de estado clara para eliminar basurales a cielo abierto".
El funcionario nacional manifestó la necesidad de articular "todos los esfuerzos de todos los niveles de gobierno para avanzar en esta planificación estratégica" y añadió que la erradicación de los basurales "garantizará un impacto ambiental positivo con un avance en el aprovechamiento y el tratamiento", al tiempo que detalló que al haber cada vez menos basurales a cielo abierto "habrá también dignidad en las familias que trabajan en el reciclado, ya que tendrán una nueva y mejor calidad de vida y dejarán la marginalidad laboral para pasar a ser trabajadores calificados".
Aseguró asimismo que el desafío "es conjugar la concurrencia de esfuerzos para invertir 4.000 millones de dólares en los siguientes 7 años, para lograr la erradicación de basurales y la cooperativización y organización de los trabajadores con salarios dignos".
Otras metas son "el aprovechamiento de la basura en términos de reciclado y hacer el relleno sanitario necesario para remediar pasivos ambientales".
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