El presidente de Estados Unidos pidió al Congreso de su país que “escuche al pueblo cubano y escuche al pueblo estadounidense” y vote el levantamiento del bloqueo a Cuba.
Barack Obama destacó ayer el restablecimiento oficial de las relaciones diplomáticas con Cuba tras más de 50 años, con la reapertura de las embajadas en Washington y en La Habana, y le reclamó al Congreso de su país que “escuche al pueblo estadounidense y al cubano” y vote el levantamiento del embargo que pesa sobre la isla.
“Este es un paso histórico en nuestros esfuerzos por normalizar las relaciones con el gobierno y el pueblo de Cuba”, dijo Obama desde los jardines la Casa Blanca, al tiempo que anticipó que el secretario de Estado, John Kerry, viajará a La Habana para “formalmente, orgullosamente, izar la bandera estadounidense” en la reabierta embajada, ubicada sobre el malecón habanero.
Obama llamó a no “estar presos del pasado” y convocó al Congreso estadounidense, de mayoría republicana, a que acompañe este proceso. “Los estadounidenses y los cubanos están listos para moverse hacia adelante. Creo que es tiempo que el Congreso haga lo mismo”, afirmó el líder demócrata, escoltado por su vice Joe Biden.
Asimismo, remarcó que Cuba y EEUU “están separados por solo 90 millas (145 kilómetros) y hay profundos lazos de amistad y familia entre los pueblos" y puso de relieve su decisión de modificar la política estadounidense hacia Cuba porque "cuando algo no funciona, podemos cambiar, y cambiaremos".
Además, aseguró que en los próximos meses Estados Unidos encontrará "nuevas maneras de cooperar con Cuba en asuntos de interés mutuo, como lucha contra el terrorismo, respuesta a desastres y desarrollo" y reconoció que, "hace un año, podría haber parecido imposible" que Estados Unidos pudiera anunciar un acuerdo para restablecer las relaciones con Cuba, rotas desde 1961. "Este es el rostro del cambio", afirmó.
“No se puede secuestrar el futuro” de la isla “por lo que sucedió en el pasado. La política de aislamiento no funcionó”, admitió y celebró que “la opinión pública de ambos países” respalda las negociaciones, más allá de que es probable que surjan entre ambos gobiernos “profundas diferencias”.
Después, desde Viena, el secretario Kerry aseguró que la reapertura de embajadas se produce gracias a una decisión "personal" de Obama de cambiar "una política que no funcionaba y que había estado sin funcionar demasiado tiempo".
Kerry reconoció que entre Washington y La Habana sigue habiendo "agudas diferencias sobre democracia, derechos humanos y asuntos relacionados", pero que ambos países identificaron también áreas de cooperación, como la protección medioambiental, la emigración o las telecomunicaciones.
La reapertura de las embajadas supone "un importante paso en el camino de restaurar plenamente las relaciones entre EEUU y Cuba, que llega un cuarto de siglo después del fin de la guerra fría y reconoce la realidad de que las circunstancias han cambiado".
"Este cambio ha sido postergado por demasiado tiempo y la respuesta de la comunidad internacional ha reflejado la bienvenida que todo el mundo ha dado a este paso", indicó.
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