Los delegados de las 209 asociaciones afiliadas votaron ayer en Zúrich. El suizo, salpicado por el escándalo de corrupción, obtuvo 133 votos mientras que el príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, que se bajó de la segunda vuelta, tuvo 73.
El dirigente europeo consiguió la cuarta reelección consecutiva luego que su único competidor, el príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, renunciara a participar del balotaje.
En primera vuelta, Blatter reunió 133 votos contra 73 de su competidor y quedó a sólo siete de conseguir el caudal necesario para consagrarse de modo directo, de acuerdo a lo estipulado por los estatutos del organismo.
Salpicado por el escándalo que reveló el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el suizo se atrincheró en el cargo y mantuvo la presidencia pero con menor consenso, pues las confederaciones de Europa, América del Norte y Central y Sudamericana repartieron sus sufragios con intención de un cambio histórico.
Por caso, la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), según confirmó el vicepresidente primero Rodolfo D'Onofrio, eligió al jordano en una postura inédita tras el fiel alineamiento con Blatter en tiempos de Julio Humberto Grondona.
"Expreso mi gratitud, estaré durante los próximos cuatro años al comando de este barco llamado FIFA. Prometo llevarlo nuevamente a la costa y para ello debemos combatir algunas cosas que pasan. Será un desafío por resolver", pronunció el suizo apenas consagrado su quinto mandato.
La FIFA quedó envuelta en el peor escándalo de corrupción de su historia cuando la Justicia estadounidense ordenó el pasado miércoles la detención de siete directivos en una causa que investiga el desvío de unos 150 millones de dólares para el pago de sobornos, destinados a comprar voluntades para la adjudicación de los próximos dos Mundiales como también de derechos de televisión y marketing. En el mismo expediente, otras siete personas recibieron un pedido de captura internacional, entre ellas, los empresarios argentinos Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Jinkis.
En uno de sus primeros anuncios tras las reelección, Blatter garantizó la realización de la próxima Copa del Mundo Rusia 2018, cuestionada por un proceso de elección presuntamente espurio, que marginó la pretensión de Inglaterra por organizarla. "No vamos a tocar el Mundial", prometió "Sepp".
Como descargo por el acoso sufrido en las últimas horas, el suizo señaló que "no soy un hombre perfecto, nadie lo es. Soy un hombre de fe, en Dios o en quien sea que creamos. Estoy fuerte, mi edad no es un problema. Hay gente de 50 años que parece vieja".
Más tarde, ante un auditorio que por momento emitió tenues silbidos, asumió que la FIFA debe "mejorar la representación de las confederaciones" y hasta "incorporar mujeres" a los puestos ejecutivos. También le agradeció a su contrincante político: "Ali ha obtenido un buen resultado, pero pensó que era mejor no seguir adelante".
Por último, como una exhalación frente a la presión vivida desde el miércoles, Blatter se despidió al grito de "¡Vamos FIFA, vamos FIFA!".
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