El jefe de Gobierno porteño, Mugrizio Macri, encabezó la conmemoración oficial de la Ciudad de Buenos Aires por el 205° aniversario de la Revolución de Mayo, que se realizó en el Parque de los Patricios, y asistió luego al Tedeum por la fecha patria en la Catedral metropolitana.
La ceremonia del Gobierno porteño comenzó minutos después de las 10, cuando Macri pasó revista, por última vez como jefe de Gobierno, a una formación de tropas en la calle Uspallata frente a la nueva sede ejecutiva de la comuna de la Ciudad.
El acto contó con la presencia de ministros y secretarios del gabinete porteño, legisladores y miembros del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad y de las Fuerzas Armadas y de seguridad, entre otras autoridades.
Posteriormente, Macri se trasladó hasta la Catedral metropolitana, donde depositó una ofrenda floral ante el mausoleo en el que descansan los restos del general José de San Martín y participó del Tedeum que ofició el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Poli.
La ceremonia religiosa de la Catedral comenzó minutos después de las 11; y en primera instancia, Poli pidió a las autoridades políticas a "gobernar con el olvido del propio interés y luchar con integridad moral contra la injusticia". En ese sentido instó a los dirigentes a achicar "la brecha que separa a las clases sociales".
"Juntos hacemos la patria fraterna, base de una comunidad política auténtica, esto nos hace superar la idea de que el otro es un adversario, cuando no un enemigo", sostuvo.
Asimismo, destacó también el paso -el domingo- por la catedral del sable corvo de San Martín y consideró que "quedó en el aire de este templo un renovado vigor del espíritu sanmartiniano: sacrificio, anegación, de no anteponer los intereses personales de la patria y el bien común".
Por último, elevó una plegaria a Dios por la "pacificación, reconciliación, justicia y progreso para nuestro pueblo" y pidió a la Virgen de Luján por paz y progreso.
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