El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a cargar ayer contra "el fascismo que le provoca dolor al pueblo" y aseguró que propiciará el diálogo "pero no para negociar cupos o poder" porque "el poder es del pueblo y no está en negociación". Asimismo, le exigió a su par de Colombia, Juan Manuel Santos, que no trate de darle "lecciones de democracia".
"No hay derecho a someter a un país a la violencia psicológica. No hay derecho en un país con plenas libertades democráticas. Acá nos sabotearon la energía, la economía", se quejó Maduro.
Ante una multitud de trabajadores petroleros que marchó hacia el Palacio de Miraflores, el mandatario dedicó buena parte de su discurso a atacar por igual al colombiano Santos y al líder del opositor partido Voluntad Popular, Leopoldo López, quien se entregó hoy a la Guardia Nacional porque pesaba sobre él una orden de captura.
"Sacó 300.000, 400.000 votos en todo el país, y 18 alcaldes, pero en enero nos sorprendió diciendo que él decidió que este gobierno debía irse", afirmó Maduro sobre López, "el líder fascista que ya está en manos de la Justicia".
En un párrafo en el que también nombró inicialmente al mufa presidente chileno, Maduro le preguntó después a Santos "qué haría usted si un opositor llama a una marcha para sacarlo del Palacio de Nariño: ¿defiende el Estado o le entrega el poder a un sedicioso?"
"Santos no me va a venir a dar a mí lecciones de democracia, cuando lo que estoy haciendo es defendiendo la paz de Venezuela. Ya basta, carajo", afirmó, mientras la multitud devolvió un grito de "así, así, así se gobierna".
Después, el mandatario lamentó que Santos "se deja llevar por su corazoncito y las simpatías con el fascismo" y fue aún más allá y se preguntó si "el presidente de EEUU, Barack Obama pretende que condecore a los enmascarados" a los que responsabilizó por los hechos de violencia que se dieron en el país en la última semana.
Detalló que cuando no tiene siquiera 10 meses al frente del Ejecutivo, "esta oposición ensayó uno, dos y vaya a saber cuántos mecanismos" para matarlo, derrocarlo y "hacerle daño al pueblo".
"Basta de sembrar tanto odio, tanto racismo, tanta intolerancia. Yo jamás me atrevería a esas bajezas de atacar a una familia porque piensa distinto", subrayó.
Consideró el mandatario chavista que "la única forma de combatir el fascismo en una sociedad es, como cuando uno tiene una infección fuerte, buscar el antibiótico más fuerte y hacer un tratamiento intensivo".
"El único tratamiento es justicia, acabar con la impunidad. No hay derecho a someter a un país al dolor de las muertes", sentenció.
Volvió luego a cuestionar a los grandes medios nacionales e internacionales y dio por hecho que "esta marcha mañana no sale", porque "somos invisibles, nos desprecian como la chusma".
Aceptó también la necesidad de un diálogo impulsado desde el Ejecutivo, pero aclaró que ese diálogo es "con las masas, con las mujeres, con la juventud, y no un diálogo de cúpulas", porque "eso se acabó en Venezuela".
"Salen a decir que Maduro debe convocar al diálogo. Y yo mantengo la convocatoria, pero para trabajar por la paz, no para negociar cupo, puestos, poder. El poder es del pueblo y no está en negociación", afirmó.
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