Así lo informaron familiares del ex vicegobernador tucumano luego de recibir un informe del juzgado federal número 2 que investiga su desaparición durante la dictadura.
Las autoridades judiciales informaron que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) entregó los resultados genéticos compatibles en relación a un conjunto de restos óseos exhumados por el Colectivo de Arqueología para la Memoria y la Identidad Tucumana (CAMIT) en el llamado Pozo de Vargas.
La noticia fue confirmada por Josefina Molina, hija del ex vicegobernador que acompañó la gestión del gobernador Amado Juri, destituido del cargo durante el golpe militar de 1976.
"Papá está ahí", dijo a Télam la hija del dirigente, y destacó que "no se fue a España como decían, intentaron hacerlo desaparecer, pero no pudieron".
"Hoy se puede decir que se cierra el circuito por donde él estuvo", indicó Josefina Molina y recordó que su padre "primero fue llevado a la Jefatura de Policía, donde ya fue visto en mal estado, luego a la Brigada de Investigaciones y finalmente trasladado al ex Arsenal de donde, según testimonios, lo sacaron en calidad de bulto para ser arrojado en el Pozo de Vargas".
"Hoy reafirmo mi compromiso para lograr continuidad y finalización de esta investigación", expresó la hija del ex vicegobernador tucumano.
Dardo Molina fue secuestrado en diciembre de 1976 de su estudio jurídico por agentes armados que se identificaron como pertenecientes a la Policía Federal.
El dirigente peronista nació en Simoca el 24 de agosto de 1919 y luego de desempeñarse en la política y ejercer cargos en la Universidad Nacional de Tucumán, fue electo senador provincial en 1950.
En el período Constitucional de 1973/1976 fue elegido senador provincial y consagrado por unanimidad presidente del Senado y vicegobernador de Tucumán.
Molina fue el único político tucumano que integró la comitiva que acompañó desde España, en su retorno definitivo al país, a Juan Domingo Perón en el mes de junio de 1973.
Poseedor de un singular carisma y activo defensor de los principios de justicia social y de los intereses de su pueblo, acompañó la gestión del gobernador Juri hasta que fue secuestrado el 15 de diciembre de 1976.
Según el relato de testigos, el ex gobernador fue trasladado al centro clandestino de la Jefatura y luego al que funcionó en el Arsenal, lugares donde fue visto antes de desaparecer.
Desde un primer momento se sospechó que luego de ser asesinado fue arrojado al Pozo de Vargas, teoría que fue ratificada a partir de los estudios realizados que confirmaron que restos encontrados en ese lugar pertenecen a Molina.
El Pozo de Vargas es un ducto de agua profundo ubicado en una finca de Tafí Viejo, donde fueron arrojados los cuerpos de Molina y del ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse, entre otros.
En esa fosa común ya fueron identificados restos de otros 12 desaparecidos durante la dictadura, entre ellos políticos, gremialistas y profesionales.
El caso Molina estaba originalmente incluido en la megacausa "Arsenales II-Jefatura II", juicio oral celebrado entre noviembre de 2012 y diciembre de 2013.
El único imputado era el represor Luciano Benjamín Menéndez, jefe del III Cuerpo del Ejército, pero cuando este fue separado del proceso, el caso cayó.
El expediente sumó nuevos imputados y podría llegar a juicio durante este año, algo que la hija de Molina intentará concretar a partir de la confirmación de que los restos de su padre fueron arrojados al Pozo de Vargas.
"Hay mucha gente que va al Pozo de Vargas para dejar banderas y fotos de sus seres queridos desaparecidos porque en el fondo uno necesita el duelo, pero el duelo no es un papel donde se confirma todo lo que uno supone que sucedió", indicó Molina, quien se comprometió a "acompañar a esas personas hasta que termine la investigación".
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