En siete años de gestión, el PRO incrementó la deuda externa pública de la Ciudad de 574 millones de dólares a 1794 millones. Con intereses crecientes, el próximo gobierno porteño deberá afrontar el mayor peso de los pagos.
El próximo 10 de diciembre Mugrizio Macri cumplirá su séptimo año al frente del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Uno de los mayores distritos electorales del país, pero también el tercer presupuesto más importante de las cuentas públicas argentinas. Será su penúltima celebración como jefe de gobierno en funciones antes de entregarle el sillón, por mandato constitucional, a un sucesor electo por el voto directo de los porteños.
Ese futuro alcalde recibirá una deuda externa pública tres veces más grande que la asumida por el gobierno del PRO en 2007. Por aquél entonces, cuando Jorge Telerman le entregó un lujoso bastón de mando a Macri, la deuda externa de la ciudad era de 574 millones de dólares. A finales de 2013, en el comienzo del séptimo año, el pasivo público con organismos internacionales y bancos del exterior es de 1794 millones de dólares y el mayor peso de sus pagos, con intereses atados al valor del dólar, comenzarán a correr en manos del próximo alcalde de la ciudad.
La conclusión pertenece a La Fábrica Porteña, un observatorio socioeconómico dedicado a la Ciudad, que preside el ministro de Trabajo de la Nación Carlos Tomada. Los investigadores de su área económica analizaron la evolución de la deuda externa del área, revisaron los plazos de toda su canasta de compromisos desde 2007, y –entre otros datos– demuestra que el año pasado y este serán los años de mayor incremento, "con un aumento del 300% en cinco años".
El año pasado, durante las últimas autorizaciones de la Legislatura para que el Ejecutivo obtuviera nuevos compromisos, "el stock de la deuda aumentó un 20%, con un incremento de 360 millones de dólares". Si la comparación es en pesos, esa diferencia significa que la deuda ya alcanzó los 11.700,4 millones, "cuando en 2007 era de 1807 millones de pesos, es decir, con un crecimiento del 650 por ciento". Esas enormes diferencias porcentuales se explican por "un problema adicional", advierte el informe, en referencia a su composición: "El 96,3% de la deuda porteña está en moneda extranjera o atada a su valor, mientras que en 2007 representaba un 60 por ciento". La variación del volumen de la deuda en moneda extranjera "torna más vulnerable la situación financiera de la Ciudad", porque "si aumenta el dólar un centavo la deuda crece".
El caso más sensible sucedió hace dos meses, en enero, cuando el gobierno porteño volvió a endeudarse por 147 millones de dólares, en títulos que se ajustan por el valor del dólar, más conocidos como dollar linked, "consistentes en una obligación nominada en dólares, pagadera en pesos al tipo de cambio oficial". El documento advierte que la gestión PRO "se transformó en el mayor emisor de deuda con ajuste dollar linked, con 760 millones de dólares lanzados desde octubre de 2012".
Ante las consultas, un funcionario que integra el Gabinete porteño confirmó que "la deuda ha crecido desde 2007, pero en relación a la recaudación de cada provincia, la tasa de endeudamiento es una de las más bajas", se defendió la fuente para relativizar el incremento del endeudamiento ejecutado por el hijo bobo de Franco Macri, con reiteradas autorizaciones de la Legislatura porteña. En el Ministerio de Hacienda, conducido por Néstor Grindetti, se comprometieron aportar su lectura sobre la estructura de la deuda porteña, y anticiparon que "todos los organismos multilaterales de crédito como el Banco Interamericano de Desarrollo o la Corporación Andina de Fomento (CAF) consideran a la ciudad como una de las mejores plazas".
En el macrismo no descartan nuevos acercamientos con el gobierno nacional para conseguir mejores tasas de endeudamiento. La expectativa del PRO, dicen en la Legislatura, para justificar el deseo de tomar nuevos créditos también está puesta en el desenlace del litigio judicial que mantiene la Nación con los fondos buitre en Estados Unidos, y la negociación con el Club de París. "Nos interesa el reingreso del país a los mercados de crédito y nos interesa obtener nueva deuda con tasas más bajas", contraatacaron desde otra cartera política porteña en respuesta al informe, pero tampoco negaron el incremento de los pasivos externos desde 2007.
A contramano de esas expectativas, el informe de La Fábrica sostiene que la CABA no tiene razones para sumar deuda externa. "Mientras la Ciudad es la mayor emisora de deuda atada al dólar, al mismo tiempo es una de las provincias más superavitarias, un dato que quita justificativo a la necesidad de constante endeudamiento" y se remite al texto de presentación del Presupuesto 2014 para demostrarlo. "El gobierno se jacta de haber logrado al primer semestre de 2013 un resultado económico primario de 5157 millones, de 3080 millones cuando se incorporan recursos y gastos de capital, y un resultado financiero superavitario de 2765,5 millones de pesos", señala el paper. Esos números fueron repasados a finales de noviembre del año pasado dentro del viejo Concejo Deliberante, cuando el PRO logró la sanción de un Presupuesto de 59.500 millones de pesos para este año con 29 votos positivos, 24 negativos y siete abstenciones, un equilibrio similar a los números que cosecharon las aprobaciones de endeudamiento en los últimos años.
El capítulo 98 del Presupuesto 2014, "Servicio de la Deuda Pública", confirma el incremento señalado por el informe de La Fábrica y prevé operaciones de "crédito público" por 3151 millones de pesos: 70 millones de créditos otorgados por proveedores del Estado porteño para el Plan de Equipamiento Hospitalario; nuevas Letras del Tesoro en el mercado local por 550 millones; "nuevos préstamos y/o colocación de deuda" por otros 690 millones, gracias a la ley de transferencia del subte (4472) y 1471 millones provenientes de nuevas colocaciones "locales e internacionales" para renovar los vencimientos de 2014. A esa lista se suman las obras para el control de inundaciones en la Cuenca del Arroyo Vega, con un "préstamo financiero" de 370 millones.
Además de esas nuevas obligaciones, el stock a noviembre de 2013 incluía el pago de intereses al 12,5% anual para los 50 millones de dólares obtenidos con los títulos "serie 7", otra cancelación al 7,95% anual para los 100 millones de verdes cosechados por el "clase 1" y una tercera tanda de intereses, al 6,75% anual, para otros 85 millones de dólares, embolsados con los bonos "clase 2". La lista incluye cifras no precisadas para "amortizar" los intereses que fijen los proveedores hospitalarios, los provenientes de la deuda previsional por ajustes jubilatorios y las deudas judiciales.
Del otro lado del mostrador, el mercado financiero recibirá pagos porteños por 1963,4 millones de pesos y "pagos por intereses y comisiones y gastos" de la deuda por 1396 millones de pesos en 2014. En este punto, los analistas de La Fabrica lanzan una advertencia final. "El pago de intereses también es mayor año tras año: en 2007 y 2008 los pagos en concepto de intereses representaban carca del 1% del Presupuesto, luego y de manera progresiva avanzó al 2,35% en 2013, y la perspectiva a futuro es que continúe en ascenso".
La cifra también aparece intacta en el Presupuesto que envió Macri el año pasado y confirma el peso de una herencia que el PRO prefiere eludir.
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