El juicio al ex presidente y otros doce imputados siguió ayer en los tribunales federales de Retiro sin la presencia del principal imputado en la sala ya que fue autorizado a presenciar la audiencia por videoconferencia por su deterioro de salud.
El ex comisario bonaerense Juan José Ribelli pasó ayer de acusado a acusador al culpar al juez destituido Juan José Galeano de haberlo mantenido preso durante ocho años y medio en virtud de la falsa acusación de haber participado del atentado a la AMIA de 1994, en el marco del juicio por el encubrimiento del ataque terrorista.
Ribelli leyó personalmente su acusación en la segunda jornada del juicio que se sigue al ex presidente mufa y otros doce acusados por fraguar y destruir en la investigación de ese hecho criminal que causó 85 muertos.
El ex mandatario, de 87 años, tampoco estuvo ayery en la sala de audiencias luego de que el Tribunal Oral Federal 2 aceptara su certificado médico del deterioro de su salud y le permitiera escuchar las acusaciones desde su domicilio por videoconferencia.
En cambio, el ex jefe de la Side, Hugo Anzorreguy, que en la primera jornada escuchó las imputaciones en su contra por encubrimiento y peculado, internado en un sanatorio, concurrió a los tribunales federales de Retiro y permaneció en una sala contigua a las deliberaciones.
Antes de Ribelli, que se graduó de abogado en prisión, se leyó el requerimiento de elevación a juicio de las querellas, Amigos y Familiares de víctimas del atentado, luego la que encabeza Laura Ginsberg, seguida de la querella AMIA-DAIA, cuyo titular de aquellos días y primer demandante, Rubén Beraja, está hoy en el banquillo de los acusados por colaborar con el ocultamiento.
Todos efectuaron la lectura de los pedidos que en su momento hicieron contra los acusados por distintas conductas ilícitas durante la tramitación del expediente por el atentado, en particular por el abandono de la denominada “pista siria” por orden del turco mufa, para evitar que la investigación se acercara a su círculo intimo.
Las acusaciones recordaron las relaciones del innombrable con la familia de Alberto Kanoore Edul, cuya vinculación con el sospechoso de organizar el atentado, el agregado cultural iraní Moshen Rabbani, se dejó de investigar tras la orden presidencial.
En ese orden, desaparecieron los legajos de cassettes y transcripciones de escuchas telefónicas sobre Kanoore Edul, luego de que el padre de éste se comunicara con el hermano del riojano piedra, Munir Menem, para que la justicia abandone esa pista firme.
En la lectura, se recordó que Galeano dio la baja de las intervenciones y la orden para interrumpir el allanamiento en el domicilio de Kanoore Edul que el mismo había ordenado.
La otras causa que se ventila en este juicio es la del pago de 400.000 dólares al reducidor de autos robados Carlos Telleldín para que acusara a los policías bonaerenses de haberles obligado a entregarle la Trafic usada luego para colocar el explosivo.
La AMIA y DAIA leyeron luego las acusaciones por peculado por el pago de 400.000 dólares al entonces detenido Carlos Tellleldín a fin de que este brindara la versión de a quien le había entregado la camioneta Trafic utilizada en atentado, acusando a los ex policías bonaerenses encabezados por el ex comisario Juan José Ribelli, quien en este juicio es querellante.
“Galeano acordó la entrega del dinero juntamente con Anzorreguy, con fondos provenientes de la SIDE. El juez se apartó de los estrictos cauces que le señalaba la ley”, expuso la querella.
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