De Vido rechazó las críticas contra la construcción del Centro Cultural Néstor Kirchner

El ministro se refirió a las críticas publicadas en el portal de internet de Infobae que, entre otras cosas, aseguraba que el centro consumiría una enorme cantidad de energía eléctrica. "Les molesta que se abra un espacio de excelencia que sea plural", señaló.

El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, rechazó ayer las críticas a la construcción del Centro Cultural Néstor Kirchner y negó que necesite para funcionar tanta electricidad como una ciudad de 15.000 habitantes.

“Los ataques que recibe este Centro Cultural por parte de algunos medios es la prueba más contundente de que en su concepción elitista y excluyente, les molesta que se abra un espacio de excelencia que sea plural, inclusivo y democratizador del acceso a todas las expresiones culturales nacionales e internacionales”, dijo De Vido desde Moscú a través de un comunicado de prensa.

De esta manera el ministro se refirió a la nota publicada ayer por el portal de internet Infobae, en el que se sostiene que el funcionamiento del Centro Cultural “exige 30 megas de potencia eléctrica instalada, lo que equivale a una ciudad de 15.000 habitantes”, entre otras cuestiones.

De Vido consideró “absurdo, inverosímil y de mala fe comparar la potencia total requerida por el Centro Cultural con la de una ciudad porque esa circunstancia -que sólo puede pergeñar un idiota- implicaría encender todos los artefactos al mismo tiempo, algo totalmente improbable”.

“Además de que es mentira -al igual que todos los datos de la nota- que sean 30 megavatios: la máxima potencia es de 12 megavatios con un consumo promedio de 5,9, es decir un requerimiento inferior al que tenía el edificio cuando funcionaba el Correo Central, con sus instalaciones eléctricas antiguas e ineficientes", destacó el comunicado oficial.

El ministro recordó que “por decisión del Congreso Nacional lleva el nombre de quien la pergeñó: el ex presidente Néstor Kirchner, que fue quien impulsó que ese edificio emblemático en estado de abandono luego de la ruinosa gestión privada que llevó adelante el Grupo Macri en el Correo -que consideraba como inversiones las indemnizaciones de los trabajadores que despedían-, se convirtiera en el mayor centro cultural de Latinoamérica, a la altura de los más importantes del mundo”.