Por Pablo Méndez Shiff
Durante una conferencia auspiciada por la JP Morgan, la diputada opositora sostuvo que la región debe sumarse a la neoliberal Alianza del Pacífico y que en América Latina “no se respetan los derechos humanos”. Además, citó erróneamente a Borges y descalificó al Premio Nobel José Saramago. Mirá el video.
La desquiciada diputada nacional de la Coalición Cínica-Ari Elisa Carrió se presentó el último sábado en la Universidad de Columbia para dar una charla en su Escuela de Negocios, un espacio que promueve charlas sobre la región desde hace 15 años.
Acompañada por la diputada Mariana Zuvic, esposa del dirigente radical santacruceño Eduardo Costa y del legislador porteño Maximiliano Ferraro, la chaqueña aprovechó sus vacaciones en Nueva York para participar de un panel y debate sobre los desafíos y oportunidades de América Latina. A diferencia de la presentación que hizo Cristina Fernández de Kirchner en 2009, donde dio una disertación, Carrió no estuvo sola: la acompañaron, por ejemplo, la embajadora de Ecuador en Estados Unidos.
La jornada de debate, que se desarrolló en varios paneles, tuvo lugar el sábado al mediodía en la Casa Italiana de la Universidad, ubicada en Avenida Amsterdam 1161. El afiche promocional de las mesas, que apenas mencionaba el nombre de Carrió debajo de figuras más importantes como el vicepresidente de Puerto Rico, un ex ministro de Energía de Bolivia y una ex ministra de Economía de Brasil, fue auspiciada por grandes bancos. Credit Suisse, Goldman Sachs, BNP Paribas y la JP Morgan –de donde salió su ex aliado Alfonso Prat Gay- fueron los sponsors del encuentro.
Ante un grupo de estudiantes de negocios, la diputada argentina sostuvo que distingue entre “república y distintas formas de autoritarismo”, independientemente de las ideologías que sustenten a esos sistemas. Además, hizo una fuerte defensa del acercamiento que, según su criterio, debería hacer América Latina hacia Estados Unidos. Por otro lado, citó equivocadamente a Jorge Luis Borges y se burló del Premio Nobel de Literatura José Saramago, al que tildó despectivamente de “marxista”.
“Para mí América es toda América, desde Canadá hasta Tierra del Fuego. Recordaba la reunión del único presidente estadista que tuvo la Argentina de 1930 a la fecha, Arturo Frondizi, con Kennedy, donde la Alianza para el Progreso era justamente una estrategia de América. Esa América, ¿por qué es América? Porque es la hija de Occidente. Y es toda América: es el Mayflower en los Estados Unidos y también es la conversión del catolicismo en América Latina. Con sus asimetrías, con sus injusticias, con sus autonomías, con sus raíces étnicas. La vieja Europa está muriendo, pero es la madre y a la madre uno no la mata. Ahora, el hijo que es América, ya no puede mirar al Atlántico”, afirmó Carrió ante el desconcierto de los estudiantes, que miraban con extrañeza cómo se enojaba por las interrupciones de su traductor al inglés y se ponía de pie en algunos tramos de su discurso para hacer inflexiones con sus brazos.
“Ya no podemos mirar al Atlántico, nosotros hemos mirado siempre al Atlántico y ahora tenemos que mirar a Rusia y a China. Es decir que la ecuación pasa por el Pacífico. Desde esa perspectiva, somos los que tenemos que representar en el futuro de toda América los valores judeocristianos que en los laicos son los valores liberales y republicanos”, afirmó antes de tirar la definición política más jugada de la conferencia. “Creo en la Alianza del Pacífico. No creo en los regímenes de pseudo izquierda que esconden nuevas oligarquías corruptas. Creo que los populismos son tiranías soterradas, creo en la libertad de expresión sin límites, aun de la prensa amarilla”, manifestó.
Desde los Estados Unidos, Elisa Carrió planteó abiertamente que su idea es abandonar el Mercosur y sumarse a la Alianza del Pacífico, el agrupamiento neoliberal promovido por los norteamericanos. En la actualidad, la Alianza del Pacífico está conformada por Perú, México, Colombia y Chile como estados miembro y Panamá, Uruguay, Costa Rica y Canadá como observadores. La organización es la punta de lanza de la avanzada neoliberal que fustiga el “dirigismo estatista” que estaría presente en una visión más abarcadora de la integración regional en organismos como el Mercosur, la Unasur, la Celac o el ALBA.
“Tengo formación de izquierda, pero no me gusta el resentimiento de las izquierdas que no creen en la república y en la libertad”, sostuvo Carrió. En un momento de histrionismo, le respondió a uno de los expositores de su mesa que había citado en su discurso a los escritores Jorge Luis Borges y José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998. “Hay una incompatibilidad entre Borges y Saramago. Uno es un universalista, casi anarquista, y Saramago es un marxista. Y ahí hay un problema enorme”, dijo despertando las risas de la audiencia. “Saramago culpa de todo a los ricos”, afirmó.
“Rescato a Borges porque en todo caso sembró a toda la filosofía y decía algo que yo comparto. Lo leí cuando era chiquita porque vivía en un pueblo aburrido y lo único que tenia que hacer era leer”, manifestó en relación a Resistencia, su ciudad natal. “Y aprendí cosas. Y Borges un día dijo: 'La democracia no es una cuestión de estadísticas'. Lo que supone decir que los que suponen que la democracia se define sólo por el voto y no por las razones construyen autoritarismos”. Tal vez Carrió debería haber leído mejor a Borges, porque la frase que citó erróneamente en realidad es “La democracia es un abuso de las estadísticas”.
Bajo la cita equivocada del gran escritor argentino, la diputada chaqueña trazó una comparación con la situación política de Argentina y de América Latina. “Esto es Argentina, esto es mucho de los países que están representados acá: el abuso de la estadística; las mayorías no pueden aniquilar a las minorías, eso es autoritarismo. Segundo: los derechos humanos se hicieron para los enemigos, no para los amigos. Y hoy en América Latina los enemigos no tienen derechos humanos. Y todo es pura conspiración ilusoria. Si no hay moneda estable, que es lo que sucede en Venezuela y en Argentina, o si hay encierro como en Perú con la dolarización, no hay soberanía. Y los empresarios no son culpables de la emisión monetaria: los demagogos son culpables de la emisión monetaria”. Para Carrió, no existe especulación en el mercado. Lo que hay son gobernantes populistas y demagogos que son responsables de todos los males de los países latinoamericanos.
La última perlita la protagonizó al responder la pregunta de un estudiante, que quiso saber cuál es la situación de las mujeres en el mundo político y empresarial. “La Presidenta es mujer y la líder de la oposición también”, dijo, como si ella aun representara a la principal fuerza opositora al kirchnerismo como hizo en 2007, hace ya seis años y medio.
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