Referentes en Derechos Humanos rechazaron las palabras del ex funcionario, quien pidió una "nueva amnistía" para los genocidas. “Estos personajes no terminan de convencerse que acá no puede haber ni perdón ni reconciliación", dijo Taty Almeida.
“Nueva amnistía”, “perdón mutuo”, “fue una guerra”, “indulto”, “legislación más benigna” y “juicios justos” son las palabras más resonantes del discurso que el ex ministro de Defensa y Economía, Ricardo López Murphy, dio ante el auditorio de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia; una agrupación que considera a los genocidas presos políticos que deberían recuperar su libertad.
“Vienen a hablarnos de perdón y reconciliación cuando ninguno de ellos se arrepintió públicamente de lo que hicieron, ni dicen en manos de qué familias están los bebés secuestrados, ni dónde quedaron los cuerpos de nuestros hijos”, aseguró Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
"La concordia es una especia de acuerdo, conformidad y armonía entre las cosas o las personas. Desde una visión más jurídica también es un pacto o convenio entre litigantes. El problema es que durante los años de plomo no existió el derecho, ni la vigencia de leyes ni las garantías individuales. Pero ahora, este grupo partidario de la 'reconciliación' se hace llamar Abogados por la Justicia y la Concordia. Una Justicia cuya balanza la inclinan sólo ellos, y una concordia unilateral. Porque los únicos que podrían hacerlo son nuestros hijos. Y no están”, sentenció Taty.

Juan Cabandié es hoy legislador por la Ciudad, pero es además hijo de padres desaparecidos. Fue apropiado y criado por una familia de policías y aseguró que las declaraciones de López Murphy vienen a recordar “que lo que decimos no es tonto. Lo que conquistado no tiene garantías de eternidad. Muchos quieren destruir lo conseguido, terminar con la distribución del ingreso, las políticas públicas y la igualdad”.

“Sentí nauseas cuando leí el discurso de López Murphy. Es desagradable”, sintetizó por su parte Adelina Alaye, Madre de Plaza de Mayo y activista defensora de los Derechos Humanos.
En referencia al pedido del economista para que los condenados por delitos de lesa humanidad sean presos domiciliarios y no comunes “porque es mejor preservar esos establecimientos -cárceles- para gente que sea peligrosa”, Adelina se preguntó: “¿A cuál le tengo más miedo? El delincuente actúa delinquiendo por la circunstancia que fuere, pero el represor es de por vida, lo será siempre”.
Y las preguntas de esta Madre y luchadora siguieron: “¿Qué ha hecho López Murphy por la sociedad? Lo que tiene es una carrera económica y financiera que no enorgullece a nadie”.

“Nosotras -por las Madres- que nos movemos en todos los círculos vemos que la gente ha entendido lo que pasó, que tomó conciencia y lo asimiló, porque hasta hace algunos años no todos sabían como fueron las cosas”, aseguró Adelina confiada en que la comunidad no permitiría un atropello como el que propone López Murphy y todos los que se enfilan detrás de él. Sin embargo, y como reconoció el propio Cabandié “lo conquistado no tiene garantías de eternidad”.
Por eso hoy más que nunca, Ni olvido ni perdón.
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