El máximo pontífice anunció ayer -en latín- en Roma que dejará su cargo el próximo 28 de febrero. El anuncio de Joseph Ratzinger se produjo de manera inesperada durante una misa pública en el Vaticano en el marco del consistorio que se celebra estos días. "Lo hago por el bien de la Iglesia", aseguró.

El sumo pontífice, de 85 años, tomó la decisión “por falta de fuerzas”, según el diario italiano Corriere della Sera. "Lo hago por el bien de la Iglesia", habría asegurado Benedicto XVI.
"Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando", aseguró durante su mensaje.
Benedicto agregó: "Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado".

El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, confirmó el anuncio: “El Papa ha anunciado que renunciará a su ministerio a las 8 de la tarde del 28 de febrero”.
Benedicto XVI, nacido en Alemania en 1927, fue elegido como el 265º Papa el 12 de abril de 2005, tras la muerte de Juan Pablo II.
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