El ruralista, pese a representar a uno de los sectores con récord de informalidad y en el que aún prevalece el trabajo infantil, se negó a convalidar el convenio asegurando que "somos la patronal, sí, pero no somos ni esclavistas ni negreros".

Sin embargo, la realidad que viven los trabajadores en el sector rural por los altos niveles de evasión que coexisten en el campo no se condice con las críticas formuladas por uno de los representantes de la Mesa de Enlace.
El Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Rurales (Renatea) reconoció a principios de este mes que aproximadamente un 80% del empleo rural no está registrado, razón por la que los empleados no cuentan con cobertura social ni las condiciones mínimas que exige el Estado para el cuidado de la vida tanto del trabajador como de su familia.

Un claro ejemplo de la modalidad con la que trabajan algunos productores rurales se refleja en un relevo que se realizó en la provincia de Santa Fe, donde se registraron unos 5000 trabajadores pero el parque de tractores en el mismo territorio supera las 25 mil unidades. En este trabajo de campo queda claro que al menos 20 mil trabajadores no se encuentran debidamente registrados.
Según estadísticas del propio registro de peones rurales, que en enero pasó a manos del Estado tras las irregularidades que se registraron por los manejos conjuntos de la Unión de Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) y las entidades patronales que integran la Mesa de Enlace, en los libros aparecen registrados 841.897 trabajadores, pero la cantidad de aportantes hasta el momento en el que el organismo cambió de autoridades era inferior a la mitad de esa nómina.
Además, como indica un informe del ingeniero Carlos Vaca, la actividad en total incluye aproximadamente a 1,2 millones trabajadores de los cuales se estima que 50 mil son migrantes, con un total de trabajadores registrados en el régimen de cobertura y enfermedades profesionales que a diciembre de 2011 sólo ascendía a 368 mil. De esa forma, la mayor parte de los productores desarrolla sus tareas con alguna forma de evasión, lo que implica que en términos globales la calidad del empleo que brindan está por debajo de la media.

Otra estrategia que se utiliza también es la de trabajo temporario, que a pesar de que se contrate año tras año a los mismos trabajadores no se les otorga un régimen estable.
Otro costado a destacar y que contrasta con las palabras de Eduardo Buzzi se desprende de los indicadores que muestran que el sector rural es uno de los sectores económicos donde todavía existen formas de trabajado infantil justificado informalmente por los empleadores que capacitan a los niños en tareas de alto riesgo.
"... Somos la patronal, sí, pero no somos esclavistas ni negreros". El cinismo de este mal nacido no tiene límites.
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