PASARÁ POR LA BICAMERAL DE INTELIGENCIA LUEGO DE LA ACUSACIÓN DE RECIBIR 600 MIL DÓLARES DE UN OPERARIO DE ODEBRECHT.
Gustavo Arribas visitará hoy el Congreso para explicar su versión sobre el supuesto giro de 600 mil dólares que un operador de la constructora brasileña Odebrecht le hizo a una cuenta suya en Suiza, como denunció el periodista del pasquín ultra oficialista La Nazión, Hugo Alconada Mon.
El jefe de la Agencia de Inteligencia sólo admitió recibir 70 mil dólares en su cuenta de Suiza para de la venta de un departamento en Brasil, pero no evitó que Elisa Carrió pidiera más explicaciones en la justicia.
Tras aportar escasa documentación en tribunales (donde presentó la copia de un mail de un supuesto directivo del Banco Credit Suisse que reconocía 70 mil dólares girados desde Brasil a una cuenta de la jefa de AFI.
La cita de este jueves es con la comisión Bicameral Permanente de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia, que se reúne de forma secreta en una oficina del subsuelo del anexo del Congreso, donde no hay señal de celular y a la que no pueden entrar asesores y periodistas.
La preside el senador radical Juan Carlos Marino, cercano a Enrique "Coti" Nosiglia y la completan otros cuatro miembros de la alianza de derecha Cambiemos, a quienes Marino llamó el lunes para pedirles que retornaran de urgencia de sus vacaciones.
Hay seis legisladores del FPV-PJ, que ejerce presión a través de Teresa García, la primera en exigir la presencia del jefe de inteligencia en la bicameral tras conocerse el caso Odebrecht.
La bicameral se completa con el senador puntano Roberto Basualdo, el catamarqueño Oscar Castillo y la diputada massista Marcela Passo.
A muchos no les causa gracia tanto hermetismo. Silvia Lospenatto, la diputada más cercana a Emilio Monzó, renunció en la primera reunión de la bicameral, molesta por las exageradas medidas de seguridad.
Luego que el Senado aprobara su pliego Arribas recibió a los legisladores de la bicameral en su despacho y les pidió una ley para que los espías puedan detener a las personas y no quedar sujetos a la voluntad policial.
No pudo evitar la tensión de los legisladores kirchneristas, molestos porque la seguridad de la AFI los obligó a dejar sus celulares en la mesa de entradas. Ahora deberá explicarles sus andanzas financieras.
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