miércoles, 11 de enero de 2017

Los manteros y el régimen porteño seguirán hoy la negociación

LA REUNIÓN DE AYER EN EL MINISTERIO DE TRABAJO DE LA CIUDAD, PASÓ A UN CUARTO INTEMEDIO HASTA HOY EN LA NEGOCIACIÓN POR EL DESALOJO DE LOS MANTEROS DEL BARRIO DE ONCE.

La negociación entre representantes de los manteros del barrio de Once y del régimen fascista porteño pasó a un cuarto intemedio hasta hoy a las 10, luego de que el intento de desalojarlos terminara con protestas, represión y un corte de casi 12 horas en la avenida Pueyrredón.

"Esto no está solucionado, todavía esperamos hasta mañana", advirtió uno de los delegados de los vendedores ambulantes. "Mañana vamos a realizar una asamblea y vamos a decidir si se corta o no se corta", expresó uno de los manteros que participaron en la reunión, al ser consultado sobre la continuidad del piquete en Once.

El conflicto comenzó ayer a la madrugada cuando la Policía de la Ciudad realizó un desalojo con decomiso de mercadería que afectó a unos 2 mil trabajadores. Según indicaron desde el Ministerio de Seguridad de la Ciudad, el operativo se originó en una resolución del fiscal general de la Ciudad, Luis Cevasco, quien ordenó al Gobierno que “impidiera el establecimiento de los vendedores” en la zona.

Los manteros reaccionaron con un corte en la esquina de Rivadavia y Pueyrredón que se mantuvo a lo largo de varias horas, durante las cuales se registraron distintos episodios represivos protagonizados por la Policía de la Ciudad. Por los incidentes hay al menos tres detenidos.

Desde el régimen de la ciudad de Buenos Aires insistieron con el plan que comenzó a aplicarse desde hace un año sin mayores resultados. Se trata de un censo voluntario para vendedores, a quienes les ofrecen la posibilidad de ingresar a una lista de espera para acceder a un puesto en los diversos predios que se destinarían para relocalizar a los manteros.

Al respecto, los vendedores rechazan dos de los lugares propuestos, uno cercano al estadio del club Huracán en Parque Patricios, y otro en el barrio de Almagro, en un paseo alejado de la avenida Pueyrredón, uno de los epicentros de la venta callejera. “El primer lugar adonde va un desplazado, un inmigrante sin papeles, un nuevo desocupado, antes de caerse del todo es a vender algo en la calle”, dijo Gabriela Olguín, referente de la rama de Trabajadores de Espacios Públicos agrupados en la CTEP.

“Es muy difícil nos saquen de la calle, por donde circula el público, para alojarnos en galpones”, amplió Olguín y añadió que “hay que formar mesas de trabajo en la que estén todos los actores, organizaciones de trabajadores, el Estado, las cámaras comerciales, las organizaciones vecinales. Hay que ordenar las ventas y también el espacio público. Pero no es con represión”.

Hace un año, el régimen porteño impulsó distintos operativos contra vendedores callejeros de los barrios de Once, Liniers y Flores. El plan del Ejecutivo tenía dos puntas: ordenamiento territorial sorpresivo con acciones policiales nocturnas y negociación para acordar las relocalizaciones. 

Sin embargo, el plan fracasó. A pesar de que hubo más de 20 operativos en los primeros meses de 2016 contra los manteros, no se alcanzó un acuerdo con las organizaciones y cooperativas que nuclean a los vendedores. 

En recientes declaraciones a la prensa, el ministro de Seguridad Martín Ocampo había asegurado que el régimen de Rodríguez Larrata apunta a “separar a la gente que necesita el trabajo y es explotada” de las “organizaciones delictuales, mafiosas, que son los mismos que compran, son los que organizan y alquilan los lugares en la calle”.

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