El cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, exhortó ayer ante una multitud de fieles católicos a la construcción de un país "más fraterno" y pidió "trabajar por la paz", durante la misa central de la 40ª Peregrinación Juvenil a Luján, oficiada frente a la Basílica.
La peregrinación este año resultó dificultosa al realizarse bajo un intenso temporal de viento y lluvia. Apenas pasadas las 7 de ayer, cuando la mayoría de los peregrinos se habían instalado frente a la Basílica, la lluvia se detenía y daba paso a un cielo plomizo, Poli dio inicio a la misa central diciendo "vamos a darle las gracias a nuestra madre del cielo por estos 40 años de Peregrinación". También repitió la consigna de la de 40ª Peregrinación Juvenil a Lujan: "Madre, ayúdanos a trabajar por la Paz" y recordó que "en la Patria todos somos hermanos", al tiempo que exhortó a construir un país "más fraterno".
Junto a la imagen de la Virgen de Luján, y tras oficiar la misa, Poli recordó su historia e hizo un repaso de estos 40 años mencionando en primer lugar al negro Manuel.
"Vale hacer memoria -dijo- de quien nos cuidó la Virgen durante estos 40 años, ni bien bajó de la carroza, 'el negro' Manuel", para quien pidió un aplauso y recomendó no olvidarlo.
"'El negro' Manuel fue quien nos cuidó la Virgen, ayudó a construir el primer templo y fue él quien nos dejó el Soy de la Virgen, nomás", recordó.
Poli también agradeció a "los sacerdotes, las religiosas y los laicos que comenzaron hace 40 años esta peregrinación que crece como un río de vida" y en una mención especial afirmó: "quiero agradecerle a Dios ante todo la moción espiritual que tuvo el padre Rafael Tello que está enterrado aquí. Estoy seguro que está contento en el cielo viendo que este fruto de la peregrinación que crece y crece".
Finalmente, tras dar tres vivas a la Virgen María, usó una expresión española, utilizada antaño en el país: "Ave María Purísima".
Luego, en momentos en que volvía la lluvia sobre Luján y toda la zona, el arzobispo se despidió pidiendo que "descienda sobre ustedes y sus seres queridos la bendición y el consuelo de Dios".
Los fieles, que permanecieron frente a la Basílica de Lujan tras la misa, expresaron sus alegrias por participar y las dificultades que atravesaron como consecuencia del temporal de la noche.
“Lo que predomina es la alegría de llegar y de estar. Costó un poco, la lluvia lo hizo un poco más difícil pero llegamos. Esta es mi segunda peregrinación y voy a seguir viniendo”, aseguró Florencia, una joven veinteañera de Liniers, mientras exhibía sus pantalones embarrados hasta la rodilla.
“Es la primera vez que nos toca caminar bajo la lluvia, en otras ocasiones nos han tocado climas más favorables pero yo me siento contento de haber llegado. Estoy un poco desgastado, pero con la ayuda de los hermanos, con quienes nos apoyamos unos a otros, pudimos seguir cuando parecía que ya no podíamos más. También es la gracia de María lo que nos sostiene”, contó Horacio, un comerciante del barrio de Balvanera que peregrinó junto a un numeroso grupo de su parroquia.
“Esta sonrisa es por las ganas, por la alegría de ver que la gente ya llegó y el servicio duró todo un día”, aseguró Mariana cuando se le pregunta la razón de la satisfacción evidenciada en su rostro.
La joven ofició como voluntaria, siendo parte del numeroso ejército de voluntarios que asistían a los peregrinos durante la marcha y a su llegada, ofreciéndoles agua, alimentos y masajes en los pies.
“Estoy emocionada porque me contagia la gente con su emoción de llegar. Yo vine de apoyo, no a caminar, y nuestra tarea es cantar, darle apoyo a la gente porque si estamos tristes no te motiva a caminar”, contó.
Entre los peregrinos prevalecieron, no obstante, los jóvenes en grupos, ya sea de amigos, parroquiales o de compañeros de estudio.
“Se hizo larguísimo, no terminaba más. A cada rato preguntábamos '¿nos podemos tomar el micro?' Encima al final se largó (la lluvia) re fuerte, pero vale la pena. Es una experiencia que te llena; en el momento querés salir, subir al micro, pero llegás acá y cambia todo, es hermoso”, relató Analía, estudiante universitaria de teología mientras la escuchaba un puñado de compañeros de curso.
Juventud, militancia y fe: La Cámpora también peregrinó hacia Luján
Con la consigna "Madre caminamos por un pueblo con paz y sin buitres", integrantes de La Cámpora participaron de la Peregrinación a Luján.
Portaron banderas con los rostros de los asesinados monseñor Angelelli y padre Carlos Mugica. "Reivindicamos dos cosas que sentimos muy adentro y que son constitutivas de nuestra identidad, cómo lo son la política y la fe", reconoció José Ottavis, diputado provincial bonaerense y referente de la agrupación liderada por Maximo Kirchner.
"Los compañeros que hoy elegimos peregrinar de manera orgánica somos en realidad jóvenes que ya venimos peregrinando hacia Lujan desde hace años, cada cuál por su cuenta", agregó.
"Este año nos pareció bueno poder marchar todos juntos, reivindicando dos cosas que sentimos muy adentro y que son constitutivas de nuestra identidad, cómo lo son la política y la fe", señaló.
El dirigente destacó que "la peregrinación es un ambiente integrador e inclusivo. En él todos somos hermanos e hijos de la Virgen. Nosotros peregrinamos cantando nuestras canciones y a su vez muchos peregrinos que pasaban junto a nosotros cantaban las nuestras".
"Esto se da porque supimos construir una Argentina para todos, en la que cualquiera puede ser públicamente quien quiera ser, sin miedo a ser censurado por ello. Acá hoy uno puede decir en público que es peronista, kirchnerista, cristiano o todo lo contrario a eso, y no va a ser castigado por ello", añadió.
"Hoy peregrinamos para agradecer por muchas cosas, pero también para pedirle a Dios y a la Virgen por muchas otras que todavía faltan y por las que hay que seguir luchando", concluyó Ottavis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario