martes, 30 de abril de 2013

Montenegro ahora acusa a "revoltosos" y a periodistas

Entre pedidos de renuncia y denuncias penales, el titular del Ministerio de Seguridad porteño y uno de los sindicados como responsable por la represión en el Borda que dejó decenas de heridos, culpa a las víctimas del brutal accionar de la Metropolinazi.

En medio del unánime pedido de renuncia formulado por legisladores y referentes políticos y sociales y de denuncias penales en contra suya y de Macri, el ministro de Seguridad de la Ciudad redobló la apuesta: no sólo volvió a defender el brutal accionar de la Metropolinazi sino que acusa a trabajadores y periodistas reprimidos de ser "revoltosos" y de agredir a la policía.

"El protocolo de actuación estaba perfectamente cumplido", señaló el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Montenegro, explicando que de los 200 efectivos presentes en el salvaje operativo en el hospital Borda, "ninguno portaba armas con balas de plomo. Por eso no hubo ni un solo disparo con bala de metal", sostuvo el funcionario.

No obstante, aseguró que se realizará una "auditoría para ver si hay algún tipo de responsabilidad administrativa y penal" entre el personal que participó del operativo que dejó como saldo decenas de heridos, entre ellos médicos, enfermeros y periodistas, y varios detenidos.

El ministro de Seguridad porteño incluso defendió el accionar de la fuerza de seguridad ante las heridas y detenciones que causó a los trabajadores de prensa presentes en el lugar. "Los periodistas no están acostumbrados a que la policía actúe", dio como toda respuesta al preguntársele sobre los golpes y disparos indiscriminados.

Pero fue más lejos, porque los golpes y posterior detención del fotógrafo de Clarín, José "Pepe" Mateos, dijo que fue él quien "rompió el cerco policial y golpeó a uno de los policías".

Mateos, como se sabe, es autor de las fotografías que implicaron al excomisario Alfredo Fanchiotti y al cabo Alejandro Acosta en los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, el 26 de junio de 2002.

Según dijo el ministro, "después se lo hace acompañar (al fotógrafo) a ver si tenía algún tipo de lesión, se le piden disculpas. Él (por Mateos) reconoció haber estado mal", aseguró Montenegro.

Sin embargo, el reportero gráfico relató, a horas de ocurrida la represión: "Cuando las cosas se habían calmado, con el fotógrafo de La Nazión decidimos ir hasta el edificio que estaban demoliendo. Nos trataron de impedir que llegáramos, pero forzamos el paso y lo hicimos. Entonces la Policía me tomó del brazo, me empezó a llevar".

"Cuando intenté resistirme me tiraron al piso, me dijeron que estaba detenido, me pusieron la rodilla en la espalda, me golpeé la cabeza", relató y aclaró que eso sucedió antes de que se desencadenara la represión.

En ese sentido, Mateos fustigó a "un gobierno que no tiene la capacidad para negociar y que tiene que mandar a la Metropolinazi" para solucionar los conflictos.

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