domingo, 21 de enero de 2018

El Papa no llegó a Argentina, pero visitó Buenos Aires

COMO PARTE DE SU VISITA A PERÚ, FRANCISCO RECORRIÓ EN SU PAPAMÓVIL EL EMBLEMÁTICO Y POPULOSO BARRIO DE BUENOS AIRES, EN LA CIUDAD DE TRUJILLO, EN EL NORTE DE PERÚ, DONDE FUE RECIBIDO POR CIENTOS DE PERSONAS EN UN AMBIENTE FESTIVO. EL BARRIO LLEVA EL NOMBRE DE LA CIUDAD DONDE NACIÓ JORGE BERGOGLIO EN ARGENTINA Y QUE NO VISITÓ MÁS DESDE QUE VIAJÓ A ROMA PARA EL CÓNCLAVE QUE LO NOMBRÓ SANTO PADRE EN 2013.

El Papa optó por recorrer Buenos Aires debido a los estragos que dejó en el lugar el año pasado el "niño costero", fenómeno atmosférico que dejó en el norte del Perú unos 160 muertos y más de un millón de afectados por inundaciones derivadas de fuertes lluvias y el desborde de ríos. 

Pero, más allá de eso, la visita y la homonimia se prestaron para revivir el misterioso tema de que en cinco años de papado y tras seis visitas a América Latina, el pontífice nunca haya ido como tal a la capital de Argentina, donde nació hace 81 años. 

Con fieles situados muy cerca al papamóvil, que circulaba a una velocidad relativamente alta, el jefe sde la Iglesia católica se enrumbó sobre todo por la avenida Libertad, que en adelante se llamará Papa Francisco. 

Aunque no hubo expresiones de malestar ante el Papa, las críticas de los pobladores a las autoridades locales no faltaron, en especial porque supuestamente solo se arreglaron los lugares incluidos en la visita, mientras que el resto del barrio siguió en la precariedad de siempre. 

El "niño costero" dejó unas 3.000 personas que lo perdieron todo en Buenos Aires. Un año después, hay quien vive como si la tragedia hubiera ocurrido hace apenas unos días. 

En general, en toda la zona norte los trabajos de recuperación avanzan con gran lentitud pese a las promesas del presidente Pedro Pablo Kuczynski. 

Pero la presencia de Francisco hizo que el tema se olvidara por un momento. Con globos amarillos y blancos, los "bonaerenses" recibieron con vítores al papa, que respondió con bendiciones. Las protestas se dejaron, aparentemente, para el ámbito interno. 

La visita del papa a Chile y el Perú revivió la polémica e hizo que el régimen fascista argentino saliera a tratar de disolver las dudas. "No consideramos que haya ninguna cuestión política en la no visita. Es su casa, su tierra. Él no necesita invitación", dijo el jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun Menéndez, en una conferencia de prensa. 

Mientras en Argentina echan de menos al primer latinoamericano que llegó a papa, éste la pasa bien en el Perú, donde, a diferencia de las protestas y de la baja concurrencia a sus misas que caracterizaron la visita a Chile, ha sido recibido con entusiasmo por un país que sigue siendo católico conservador a pesar de los avances del evangelismo y el agnosticismo.

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