LOS TRABAJADORES DE LA PLANTA DE FABRICACIONES MILITARES LEVANTARON EL CORTE DE LA RUTA 3 Y VOLVIERON A INSTALARSE FRENTE A LA INTENDENCIA. EXIGEN LA REINCORPORACIÓN DE LOS 219 DESPEDIDOS.

“Vamos a acampar hasta que tengamos noticias favorables para volver a trabajar y que la fábrica no se cierre”, aseguró Omar Menchaca, delegado de ATE de esa planta, de la cual también fue despedido.
El corte sobre distintos puntos de la ruta 3 “fue importantísimo y sin violencia”, describió el gremialista. Sobre todo el que hubo en la intersección con la ruta 226, que lleva a los partidos de la costa atlántica. “Dejamos pasar ambulancias y autos con personas embarazadas. No somos gente violenta. Inclusive, algunas personas se solidarizaron y vinieron vecinos a donarnos cosas”, contó Menchaca.
El corte se inició el martes a las 9 y duró hasta ayer a esa misma hora. Durante 24 horas pasaron por allí trabajadores de distintos sindicatos, agrupaciones partidarias, algunos dirigentes políticos y representantes de trabajadores despedidos de otras empresas, como los de PepsiCo.

Desde las rutas, el reclamo volvió al centro de la ciudad, donde durante los primeros días de protesta los trabajadores cosecharon un fuerte respaldo de la población azuleña.
La primera noche posterior a la noticia de los despidos, miles de personas se movilizaron hasta la Municipalidad y en los días posteriores no cesaron las muestras de apoyo al acampe de despedidos.
“Vamos a seguir la lucha”, puntualizó Menchaca, quien también centró sus expectativas en el denominado comité de crisis integrado por trabajadores de Fanazul, autoridades comunales y representantes del Obispado local.
El sábado pasado, el Concejo Deliberante local aprobó la “emergencia laboral” en el distrito, que suspende por un año los despidos en administración pública. No obstante, la medida no alcanza a los trabajadores de Fanazul, por estar esa fábrica bajo la órbita del gobierno nacional.
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