Unos 100.000 residentes en el país, del estrato más pudiente de la población, accedieron en 2013 a un automóvil de alta gama, para lo cual desembolsaron sumas de entre 320.000 y 1,8 millón de pesos, según la última estadística de la Asociación de Concesionarios de la República Argentina (ACARA).

La demanda de los vehículos más grandes y modernos, sin embargo, logró superar considerablemente ese promedio general.
Ese fue el caso de las marcas Land Rover y Alfa Romeo, que lideraron el segmento más alto con patentamientos casi 159 y 150%, respectivamente, superiores a los del año anterior.
La posesión de esos automotores, con todo, quedó concentrada en un sector ultra exclusivo: el año pasado se vendieron en el país sólo 448 Land y 702 Alfa.
Entre las marcas más requeridas de coches top -según el detalle de Acara- encabezaron el ranking las japonesa Toyota, con 53.500 patentamientos en total, 19% más que en 2012.

El pelotón que le sigue se conformó con marcas como Honda (12.331 autos patentados el año pasado); Audi (7.469); Nissan (5.689); y Hyundai (más de 5 mil, si bien no todos son de alta gama).
Con un acceso más restringido, la emblemática BMW registró en 2013 un salto relevante (más de 81% de patentamientos) para satisfacer a 4 mil automovilistas.
Otras pocas unidades de Jeep, Dodge, Volvo, Mitsubishi y otras marcas (entre 1.500 y 3.000) se sumaron al lote de autos más caros y sofisticados.
El podio en esta materia, sin embargo, le correspondió a un vehículo de rara visión en las calles y rutas nacionales: el costoso Porsche, al que accedieron apenas 246 compradores.
Y salen a golpear cacerolas los hijos de puta. No se puede negar lo glamoroso que resulta cacerolear desde un Mercedes Benz o un Audi A4.
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